El Ayuntamiento sube el tipo de gravamen al 0,56 para generar cerca de un millón de euros que permitan llevar adelante obras demandadas por los vecinos como la prolongación de la CV-149 y la continuidad de los servicios
E. BELLIDO // BENICÀSSIM
El pleno del Ayuntamiento de Benicàssim aprobó ayer la modificación de la ordenanza del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para el 2017, con los votos a favor del PP y ARB; la abstención de Ciudadanos y PSPV, y los votos en contra de Compromís y Ara Benicàssim. La medida supondrá una reducción del 8% en el valor catastral de los inmuebles y un 2% menos en el importe total del recibo, según explicó ayer la alcaldesa, Susana Marqués.
La bajada del impuesto ha sido posible gracias a la concesión por parte del Ministerio de Hacienda de la aplicación de un coeficiente reductor del 0,92, que supondrá una bajada de valor catastral en Benicàssim del 8%, tras la solicitud del consistorio mediante una moción plenaria, teniendo en cuenta que ya han pasado 10 años desde la última revisión catastral. Fue una moción presentada por el grupo Compromís para la revisión total del catastro y reclamar la bajada del IBI y que contó con una enmienda del PP para que en el caso de que el Gobierno no considerase oportuno realizar la demandada revisión, se concesión en su defecto de un coeficiente reductor, que es la línea actual.
La aplicación de este coeficiente reductor con la bajada de un 8% del valor de los inmuebles supone una caída de ingresos de 1.200.000 euros, que sumados a los 2,3 que han dejado de recaudarse en los últimos tres años, dejan a las arcas públicas en una difícil situación como para poder seguir afrontando servicios comprometidos con la ciudadanía, como la gratuidad de las escuelas infantiles, el transporte o enfermera escolar y los libros de texto; y poder acometer inversiones en infraestructuras importantes para el municipio, según explicó Marqués.
Por este motivo, se ha decidido, “asesorados por el equipo económico municipal”, ajustar el tipo de gravamen, subiéndolo cuatro puntos, pasándolo del 0,52 al 0,56, “para poder afrontar la estabilidad económica del presupuesto”, según indicó la munícipe. Lo que permitirá generar cerca de un millón de euros de ingresos, que contribuyan a compensar así la pérdida de 1.200.000 euros por la aplicación del coeficiente reductor. Finalmente, el consistorio dejará de ingresar, así, en el 2017, 300.000 euros por el IBI. De este modo, la intención es poder llevar adelante también algunos de los proyectos más demandados por los vecinos y que fueron consensuados en las mesas de inversiones prioritarias entre todos los partidos como son la prolongación de la CV-149, el barranco de Farja o la adecuación de la calle Bisbe Serra, entre otros.
Desde grupos como el PSPV manifestaron su alternativa de situar el tipo de gravamen en el 0,54, como había propuesto Ara, además de otras medidas para generar ingresos, como subir los impuestos en los bienes de la iglesia, entre otras. Desde Ciudadanos lamentaron no poder bajar más el IBI a los vecinos con el nuevo presupuesto “pero siempre hemos defendido la sostenibilidad económica del consistorio y queremos que se mantengan las inversiones en el municipio para poder seguir mejorando la calidad de vida de los benicenses”.
Marqués realizó una comparativa con los municipios circundantes y afirmó que Benicàssim “es uno de los municipios con menor presión fiscal de la provincia y, desde luego, de los grandes municipios el que tiene los impuestos más bajos. De hecho, el tipo de gravamen de Benicàssim será del 0,56, mientras Castellón lo tiene en el 0,74; Vall D’Uixò en el 0,85; y Vinarós, Segorbe y Burriana en el 0,80. Todos estos municipios gobernados por pactos de izquierda”.
Y manifestó su discrepancia con la propuesta de Ara “de subir el IBI a los establecimientos turísticos como los hoteles, perjudicando a quienes generan empleo en nuestra localidad”.