Eva Bellido // Benicàssim
El Ayuntamiento de Benicàssim, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, revisa todas las zonas urbanas detectadas con procesionaria, así como las más susceptibles, frecuentadas por niños y adultos con mascotas.
La edila de Sanidad, Vanessa Batalla, informa de que ya supervisan las zonas de alrededores de los colegios, así como las plazas públicas, «con el fin de prevenir cualquier incidente». Aunque apunta que «no se han registrado quejas directamente en las oficinas municipales sobre el tema».
Batalla insta a los vecinos a que llamen para advertir de la presencia de la oruga. En el caso de que provengan de propiedades privadas, se comunicará a los dueños para que tomen medidas.
Por parte del consistorio, continuarán «con los tratamientos de endoterapia en los pinos municipales que se iniciaron en septiembre», con el servicio que tienen, según concreta la concejala.
Zonas detectadas
Las procesionarias, que suelen estar en zonas de pinares, empiezan a verse por aceras de la localidad, en áreas como la avenida del apeadero de tren, alrededores del colegio Santa Águeda o el Voramar, lo que causa preocupación entre los ciudadanos, especialmente entre los que tienen niños o perros.
Tras la noticia publicada, otros residentes alertan de la presencia de esta peligrosa oruga en espacios como villas frente al colegio Palmerar, donde también salen por las aceras; o el pinar de Vilamar, una urbanización muy próxima a la playa l’Almadrava y Voramar.
La procesionaria es una especie de lepidóptero, pequeña, recubierta de pelos y acostumbra a ir en fila india. Es venenosa y se recomienda no tocarla, ni pisarla. También es fundamental evitar que la chupen los canes, pues puede provocarles graves heridas o incluso la muerte.