Redacción // Benicàssim
La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, ha aprovechado este martes también su viaje a Madrid para reivindicar un trato más justo para el municipio en la gestión de la puesta en marcha de la desaladora de Oropesa.
Como ya se ha expresado en otras ocasiones, «Benicàssim va a seguir reivindicando que se le exima del pago de la amortización de la obra de una planta que ahora no es necesaria y que, además, en otros lugares, como en el caso de las plantas de Cataluña, fue asumida por el Gobierno de España íntegramente».
«Que el Ayuntamiento de Benicàssim, sin necesitarlo, tenga que pagar más de 73 millones de euros, es completamente injusto».
Marqués ha recordado que las obras de las desaladoras «las puso en marcha el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y que fue el anterior alcalde, Francesc Colomer, quien firmó unos condicionantes que ahora nos lastran económicamente y condenan a los ciudadanos a tener que pagar más cara el agua sin que haya necesidad».
«Herencia envenenada»
El convenio de la construcción de esta desaladora se firmó en el 2008 y en éste, como se comprometió el anterior gobierno municipal tripartito, Benicàssim pedía recibir al año 12.000 metros cúbicos de agua al día. Con esas previsiones, Benicàssim se abastecería únicamente de agua desalada y, eso, a los vecinos les supondría un incremento de casi el 300% en el recibo del agua.
Además, en el convenio se estipulaba también que Benicàssim debía pagar el 18,58% de los costes de construcción de la desaladora, lo que supone que Benicàssim está obligada a devolver más de 73 millones de euros en 25 años. Eso significa que al año, solo de amortización de esa deuda heredada, Benicàssim deberá pagar 800.000 euros.
Nueva negociación para buscar ventajas
«Durante los últimos años, el consistorio ha estado en constante contacto y negociaciones con Acuamed a la búsqueda de una nueva negociación que rompa con esta herencia que lastra económicamente el municipio y a sus ciudadanos», ha explicado la alcaldesa.
«Queremos que el ministerio asuma el coste de la obra y no nos obligue a pagarlo. Así se hizo en muchas plantas de Cataluña y creemos que Benicàssim, Oropesa y Cabanes no deben ser menos. No somos ciudadanos de segunda, no es justo que nos obliguen a pagar una obra que no nos hace falta y que, además, en otros lugares, sí financió el ministerio», ha dicho Marqués.
El municipio de Benicàssim consume poco más de 4 millones de metros cúbicos al año y se abastece de pozos, sin que una aportación extraordinaria sea necesaria en estos momentos.
En todo caso, como ha explicado Marqués «de tener que adquirir agua desalada, lo que haríamos sería almacenarla y mezclarla con el agua de pozo para mejorar su calidad y reducir su precio, para no tener que llegar a aplicarle al ciudadano el coste del incremento del agua al que condenó el anterior gobierno municipal».