SOCIEDAD Problemática vecinal
Los jóvenes que han frecuentado desde hace tantos años la balconada del edificio de la Casa de la Cultura en Benicassim hasta la actualidad, no podrán hacerlo a partir de ahora. El consistorio ha instalado mecanismos de seguridad en las inmediaciones para impedir el acceso a la ciudadanía y evitar así que se continúen produciendo las molestias a los vecinos que han causado tanta polémica desde hace años en esta zona del casco urbano.
Los operarios procedieron ayer a la colocación de una valla para cortar el paso y “sistemas de apertura de emergencia antipánico tanto en el local de la asociación de Jubilados y Pensionistas La Garrofera, que tienen su sede en los bajos del edificio, como en la propia Casa de la Cultura, que también alberga la biblioteca, en el plan de mantenimiento integral del edificio que desarrollamos desde el comienzo de nuestro gobierno”, según señaló el portavoz popular y concejal de Cultura, Mauro Soliva.
El edil remarcó que se logra así poner fin al “problema de vandalismo que afectaba directamente a la gente mayor de la asociación”, que presentaban numerosas quejas en el consistorio, además de los vecinos de la zona por los ruidos ocasionados desde el enclave, con un presupuesto que ronda los 8.000 euros.
Y es que el lugar se había convertido desde hace más de una década en punto de encuentro de jóvenes, donde se practicaba habitualmente el botellón, ensuciando el emplazamiento y contribuyendo a su deterioro, y desde donde se arrojaban objetos e, incluso, escupitajos. Además, los mayores de la tercera edad también se habían convertido en el centro de la diana de insultos, palabras malsonantes, sufriendo diversos actos de vandalismo.
La concejala de Gente Mayor, Elena Llobell, se mostraba satisfecha de haber “cumplido con este compromiso con la gente mayor del municipio y solucionar un problema que causaba tantas molestias a los vecinos”.