Eva Bellido // Benicàssim
Le llaman Coronavirus, Covid-19, pandemia… Pero muchos le conocemos por ese ‘puto’ virus que nos está arrebatando a algunos de nuestros seres queridos antes de su ‘hora’.
En la mayoría de los casos, personas mayores o con enfermedades, pero que aún tenían mucho por vivir. Además, tampoco podemos despedirnos de ellos como merecen. Ni podemos abrazarnos, darnos cariño y un poco de consuelo… Debemos pasarlo solos, con la tristeza que nos invade.
El domingo este ‘bicho’ se llevó a uno de nuestros vecinos, Jorge Roberto Rodríguez Poó, más conocido como el argentino por muchos, primer fallecido en Benicàssim confirmado por coronavirus por este periódico. Y padre de una vieja amiga, Antonela, que muchos conoceréis por atendernos tan bien en uno de los comercios (Druni) de este acogedor pueblo.
El argentino solo era uno más de sus tantos apodos, Maestro, Sensei, Bob o también llamado por su nombre Jorge o Jordi.
Hijo adoptivo de Benicàssim, natural de Argentina, residía en nuestra localidad desde el año 2000 con su mujer Silvia y sus dos hijas, Carolina y Antonela.
Músico y karateca
La música era una de sus aficiones. En su juventud fue componente de un grupo de rock en su país natal y aquí tocaba con sus amigos en casa, donde tenía un montón de guitarras…
En su faceta de Sensei también era grande. Karateca, cinturón negro sexto dan. También le encantaba dibujar. Polifacético, carismático y elocuente, con mucho mundo y conversación. Le gustaba viajar y había recorrido muchos países.
En Benicàssim, el Boulevard, El Romeral o Rebeca, eran algunos de sus locales preferidos. Allí le conocían bien; y le querían.
Patologías previas y Covid-19
Nos dejó joven, a los 61 años. En un mes, el próximo 13 de mayo, cumpliría 62.
En estos últimos años su salud se había deteriorado, dando lugar, entre otras complicaciones, a una amputación de la pierna izquierda el pasado mes de agosto.
Lo que, por sus necesidades y cuidados, le llevó a ingresar en diciembre en una residencia para la tercera edad. Desde entonces estuvo allí y, a pesar del confinamiento y las medidas de seguridad, no pudo escapar de esta invisible enfermedad.
No presentó síntomas aparentes hasta el día anterior a su fallecimiento, que comenzó con insuficiencia respiratoria por la mañana. Después de ser derivado al Hospital General de Castellón, fallecía a la mañana del día siguiente, 12 de abril. No sufrió, según relatan sus familiares.
Aunque padecía diversas patologías previas, como diabetes y problemas del corazón y del riñón, falleció –según el informe médico– como consecuencia del Covid-19. Por lo que la familia y amigos no tendrán la oportunidad de despedirle como se merece. Este artículo es una forma de decirle adiós entre todos.
«Hombre de carácter, admirado y querido. Su familia y amigos le dan el adiós para que emprenda el gran viaje. Te deseamos que descanses en paz. Tu familia te quiere».
Gracias Eva, a ti y a tu equipo, al menos así la gente le podrá despedir.
Un abrazo
Jorge, ha sido una de esas personas que te dejan huella, soy afortunado de haberlo conocido y compartido grandes momentos con el y su familia. Te llevaremos siempre en el recuerdo y en nuestro corazón. Descansa en paz querido amigo.
Mi pésame para la familia y amigos. Aunque no lo haya conocido en persona, siento su pérdida como parte de esta comunidad. Gracias por este bonito homenaje.