Paula Arrufat // Benicàssim
Rozalén fue la encargada de cerrar la primera edición del festival Luce Benicàssim el sábado por la noche. El temporal causó algún que otro imprevisto pero no llegó a truncar los conciertos.
La primera artista de la noche, Maria Peláe, con su salero y alegría, amenizó al público hasta que la lluvia obligó a paralizar la actuación.
Pese a ello, el recinto no llegó a vaciarse por completo. Y algunos fans no se despegaron de su silla en ningún momento.
Todo lo malo tiene un lado positivo
Tras la lluvia, y para agradecer los esfuerzos del público por no abandonar el concierto, la organización del festival ofreció en la siguiente hora 2×1 en todos los productos en barra.
Sin duda, un gran incentivo para seguir alegres ante las adversidades meteorológicas que habían ocurrido a lo largo de la tarde.
¡Que no pare la fiesta!
Instantes después, a ritmo de luces y un vestido de lentejuelas, Rozalén irrumpió en el escenario del recinto con buena vibra y ganas de pasarlo bien.
Asimismo, arrancó la actuación junto a sus músicos y su inseparable intérprete de lengua de señas haciendo, como es de costumbre, un concierto completamente inclusivo para personas con discapacidades auditivas.
Si no había sido suficiente con la lluvia, se levantó una gran ventolera, haciendo volar varias sillas del recinto e incluso una de las lonas que hay en el escenario Luce Benicàssim.
Pero esto no solamente se quedó aquí, y es que la gran ristra de altavoces que había en el escenario se tambaleaba tanto que hicieron desalojar a los asistentes que se encontraban en un radio cercano por precaución.
Gran cierre del concierto
Finalmente, la cantante se dejó para los últimos momentos del concierto las canciones más conocidas.
Además, no solamente cantó ella sola, sino que nos ofreció su canción Puerta Violeta junto a su gran amiga Maria Paláe, haciendo una gran clausura del festival más que emotiva.