Eva Bellido // Benic`àssim
Benicàssim finalizará la construcción del templo dedicado a Juan Pablo II tras 20 años con las obras paralizadas. El arquitecto de la diócesis Segorbe-Castellón, Ángel Albert, ha adaptado el proyecto antiguo, que no llegó a culminarse por su gran envergadura, con el objetivo de terminar esta iglesia con mucha mayor capacidad, que daría respuesta a la falta de espacio en la de Santo Tomás.
La actuación precisará de una inversión de 1,5 millones de euros y se ha dividido en dos fases para posibilitar su ejecución. La primera, con un coste de 816.459,30 euros, consistirá en el saneado y preparación de la estructura de hormigón existente, la ejecución del cerramiento tanto de nave como de campanarios; y la instalación de carpinterías exteriores y preinstalaciones básicas.
La segunda parte, con un presupuesto de 707.833,24, prevé la ejecución del pavimento, el revestimiento interior, carpinterías interiores y vidrieras. Además, contempla la iluminación de las instalaciones, un sistema contra incendios, megafonía, colocación de bancos… Y se completaría con la adecuación del presbiteria, la sacristía, capilla de la comunión, penitencial e imaginería.
El templo, según el proyecto diseñado por los Servicios técnicos de la Delegación de Patrimonio de la Diócesis, tendrá una capacidad de hasta 800 personas y aúna lo contemporáneo con los elementos simbólicos procedentes de la tradición cristiana.
Falta de espacio
El párroco local, Luis Oliver, explica la necesidad de terminar el templo ante la falta de espacio en la parroquia de Santo Tomás, donde apenas caben 170 personas sentadas, frente a las 450 del nuevo complejo, situado entre las calles Evian Les Bains, el pasaje del Sagrado Corazón de Jesús y Leopoldo Querol, junto a la plaza de Les Corts. «Además, habilitando más sillas y con personas de pie, caben hasta 800 personas», señala.
La nueva iglesia se ha estado utilizando con mayor frecuencia durante la pandemia, al ser un espacio mucho más amplio, lo que ha dejado patente la necesidad de su conclusión. «Durante este tiempo hemos celebrado misas y eventos aquí, pero hemos tenido que adaptarnos a las circunstancias climatológicas, en algún día más difíciles por el frío», indica.
Precisamente este fin de semana arrancó una campaña para informar a los vecinos del nuevo proyecto y tratar de recaudar fondos. Y es que pese a que el obispado sí contempla una partida económica para su ejecución, serán necesarias otras vías de financiación, a través de donativos de particulares o ayudas de las administraciones públicas para llevar a cabo las obras.