Eva Bellido // Benicàssim
El pacto de Gobierno entre el PP y Ciudadanos en Benicàssim está roto. Tras la celebración de un pleno de lo más tenso este viernes, la alcaldesa, la popular Susana Marqués, convocó una rueda de prensa urgente para anunciar la ruptura, después de una legislatura llena de desavenencias y guerras internas, a siete meses de finalizar este mandato.
Así, ya se han iniciado los trámites para revocar a los concejales de Cs las delegaciones que ostentan, Turismo, Desarrollo Sostenible y Territorio Inteligente, de la portavoz, Cristina Fernández; Seguridad, de Natividad Alonso; y Cultura y Recursos Humanos, de Javier Alonso.
Aunque no está claro cuál será el futuro de este último, que fue en la lista pero como independiente, tras su salida del PP, que se ha vuelto a mostrar más cerca de los populares y también se ha especulado con que podría liderar Vox.
Y es que Javier Alonso se desmarcó de sus compañeras, según él «por responsabilidad», votando a favor, al igual que el PP, de la modificación de crédito que se pretendió aprobar y que no pudo llevarse adelante por la abstención de las dos edilas de Cs, y los votos en contra de los grupos de la oposición.
Tal y como expresó Marqués, ésta fue la gota que colmó el vaso. «No vamos a tolerar más las conductas irresponsables que dificultan el avance y progreso de Benicàssim». «Un grupo político que ya se negó a aprobar un presupuesto para este 2022 y que impide ahora que tengamos un documento que permita trabajar en las cuentas anuales para el 2023 no puede seguir gestionando ningún área del Ayuntamiento», declaró la munícipe.
El punto de la discordia
La tensión terminó de estallar en el punto de la sesión plenaria que tenía como objetivo traspasar tres millones de euros de los remanentes de tesorería a un activo financiero, una operación necesaria para poder equilibrar los gastos e ingresos de las cuentas para el 2023.
Debido «a la caída de ingresos en 1,8 millones de euros por la nueva ley de plusvalías y el incremento de gastos por la subida de la luz, los combustibles y la revisión de contratos, se arrojaba un dato con una diferencia de tres millones de euros», argumentó Marqués. «Y para tener un documento equilibrado, como marca la ley, era necesario ir a esta modificación de crédito».
Con esta acción, se pretendían traspasar tres millones de unos remanentes que ascienden a 8,5, dejando todavía 5,5 en el cajón para imprevistos, según señaló.
Pese a que la primera edila explicó que es una operación aconsejada por intervención y que cuenta con todos los informes favorables, no logró los suficientes apoyos como para prosperar.
Fernández afeó a Marqués «no sentarnos a estudiar otras alternativas» y la «forma autoritaria de actuar», así como de enterarse de la propuesta al mismo tiempo que todos los partidos políticos, siendo su partido socio de gobierno. «No estoy a favor ni en contra, pero pedía tiempo para valorarlo bien y buscar otras alternativas para dejar ese dinero de remanentes para inversiones», expresó.
«Además, tampoco votamos en contra, nos abstuvimos», añadió, sin entender esta reacción. «No se le pude hacer una crítica ni llevarle la contraria», criticó.
Moción de censura
Con este escenario político, el PP se queda gobernando en minoría. Fernández declaró que no descarta una moción de censura, ante su descontento. Y es que una alianza entre los demás partidos contaría con la mayoría suficiente para hacerlo. No obstante, el secretario general de los socialistas de la provincia de Castellón, Samuel Falomir, confirmó que esta posibilidad queda «descartada de forma rotunda».
Ya era hora, a ver si desaparece Ciudadanos de una vez o, que les pongan a quitar los excrementos caninos de las playas de Benicassím.