Benicàssim ya tiene fijada la fecha en la que distribuirá las ubicaciones para cocinar durante el multitudinario Día de las Paellas, que se celebrará el próximo viernes 19 de enero, en el marco de las fiestas patronales en honor a Sant Antoni Abad i Santa Àgueda (del 12 al 21).
Los interesados en preparar sus creaciones en la calle durante la esperada jornada deberán reservar localización antes, concretamente el lunes 15 de enero, a las 08.00 horas, en los cuatro edificios habilitados por el Ayuntamiento para tal fin, Casal Jove, Garrofera, Espai de la Música Mestre Vila y Centro de Formación Josep Barberá, que aglutinan las diferentes zonas del municipio por sectores.
Aunque habrá que estar atentos durante todo el fin de semana previo, ya que como iniciativa vecinal se forman unas listas en las que van apuntándose los ciudadanos para mantener el orden de cola y no tener que pasar la noche en vela, como pasaba anteriormente, hasta el inicio del reparto de las ubicaciones el lunes 15 a las 08.00. Una medida que no está exenta de polémica cada año, por no anunciarse de forma oficial el día y la hora de estas listas previas.
La fiesta va cada año a más, llegando a reunir a más de 30.000 personas en las calles del centro urbano, y son muchos los que quieren ser los primeros en apuntarse para poder elegir su sitio preferido para hacer la paella o el más próximo a sus casas o locales. Los puntos más céntricos, como son las inmediaciones de la iglesia de Santo Tomás y, en general, esta calle, arteria principal del municipio, son los más codiciados.
Interés Turístico
El Día de las Paellas, que tendrá lugar el 19 de enero, es la jornada más multitudinaria de las fiestas que Benicàssim celebra en enero en honor a sus patrones Sant Antoni Abad i Santa Àgueda y está declarada de Interés Turístico Autonómico, con la aspiración de conseguir el reconocimiento nacional y, después, internacional, debido a su gran impacto. Y es que cada año son más los extranjeros que marcan en rojo este día en el calendario y no se quieren perder la fiesta, pese a ser en pleno invierno.
Además, no solo es un evento culinario, la música anima durante todo el día la fiesta hasta altas horas de la madrugada, convirtiéndose la ciudad en un festival al aire libre con todo tipo de estilos. Cerca de una veintena de actuaciones animan la jornada, empezando desde una charanga a mediodía que va recorriendo todo el recinto urbano (calle Santo Tomás y alrededores), siguiendo con los múltiples conciertos que dan inicio por la tarde en diferentes puntos del municipio y terminando con la orquesta en la carpa de fiestas.
El gran día se ha convertido en un importante revulsivo económico para los empresarios, que llegan a facturar durante esta jornada incluso más que cualquier sábado de agosto, gracias a los numerosos encargos de paellas y venta de bebida, ya que son muchos los ciudadanos que optan por disfrutar de la fiesta sin la responsabilidad de todos los preparativos que conlleva cocinar su propia paella en la calle. El impacto se ha estimado en alrededor de un millón de euros en la economía local.
Más de un millar de creaciones se preparan en el recinto urbano al aire libre, en los espacios habilitados por el Ayuntamiento, por grupos de familiares y amigos, a lo que se suman las centenares de paellas cocinadas por los restaurantes.