Las obras para finalizar la iglesia de San Juan Pablo II, después de más de 20 años paralizadas, ya son una realidad en Benicàssim. El párroco local, Luis Oliver, visitó los trabajos, junto al gerente de la constructora adjudicataria, Restore, Edificaciones y Proyectos, Héctor Persiva, ahora que están a pleno rendimiento, tras haber empezado con las primeras tareas a finales de noviembre y el breve paréntesis con motivo de la Navidad.
Esta primera fase del proyecto para la conclusión del templo, situado en la entrada del municipio, frente a la plaza de Les Corts Valencianes, cuenta con un presupuesto de alrededor de 800.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses, por lo que se estima que terminarán después del verano y antes de finalizar el 2024. Los trabajos estarán centrados en el cerramiento del edificio.
«Lo primero que hemos hecho ha sido instalar todas las medidas de seguridad colectiva, como vallas y medidas de protección de acceso a cubierta, todos los perímetros y torres campanario», según explicó Persiva. Además, ya se han realizado las pequeñas demoliciones que estaban previstas para preparar el espacio para poder empezar las fases de albañilería, según indicó el gerente de la constructora. Y los operarios ya están empezando con los cerramientos de las torres de la fachada principal y el replanteo de todo el despiece de fachada, «que es un poco complejo», puntualizó.
«En las semanas próximas ya se instalarán los medios auxiliares como andamiajes de fachada para cuando termine el replanteo poder iniciar esa fase de cerramientos en toda la dimensión de la fachada», concluyó Persiva.
Por su parte, Oliver mostró su satisfacción por poder ver por fin retomar estas obras para la finalización de este templo, de mucha mayor capacidad y cuyas obras se iniciaron en el 1996, con la colocación de la primera piedra, pero se interrumpieron en el 2001, dejando este gigantesco edificio sin acabar.
Oliver lleva muchos años ya reivindicando la importancia de terminar esta iglesia, ya que la otra del casco urbano, la de Santo Tomás, se queda pequeña durante todo el año y especialmente en verano, cuando la población del municipio se multiplica con creces.
El proyecto ha sido adaptado a la actualidad y está promovido por el Obispado. Contempla una segunda fase, que abarca el interior de la iglesia, con una inversión de 700.000 euros.
El párroco agradece el feed back tan positivo que está recibiendo de los vecinos, «que están muy ilusionados» y anima a seguir la evolución de las obras a través de las nuevas redes sociales del templo en Instagram y Facebook «para acercar este proyecto a las casas y a todos los benicenses».