El Ayuntamiento de Benicàssim estudia si emprenderá acciones legales por los perjuicios derivados por la recepción de una factura de luz de la desaladora relativa a los tres últimos años, que en lugar de presentarse de forma anual se ha emitido conjunta y con retraso.
El gasto total a abonar asciende a cerca de 1,3 millones de euros, una cantidad que el consistorio se ve ahora en la obligación de abonar de golpe, pese a que presupuestó el dinero desglosado cada año sin que se llegara a utilizar.
Además, se suma la circunstancia del aumento del coste de la luz en los últimos años, que dispara los recibos más de lo previsto inicialmente. No obstante, desde el Ayuntamiento entienden que es lo que hay que pagar por la electricidad hoy día y los importes, «con lo que no estamos de acuerdo es con que se haya facturado tan tarde con retraso de tres años», según explica el concejal del área de Hacienda, Arturo Martí.
«Otros ayuntamientos lo han llevado o lo van a llevar a los tribunales, nosotros estamos viendo la viabilidad, si el recurso tiene visos de ir para adelante», según indica el edil de este departamento.
«Al menos lo que no queríamos era que hubieran intereses y, por eso, en cuanto lo han girado lo vamos a pagar», señala Martí.
Para poder afrontar el pago de esta factura millonaria, el último pleno ordinario aprobó una modificación de crédito con cargo a los remanentes que permitirá abonar íntegramente esta cantidad.
Ahorros
«Gracias a que tenemos remanentes podemos responder, si no hubiera sido así la respuesta habría sido muy difícil, tendríamos que haber recurrido a operaciones bancarias con costes añadidos u otras acciones porque tendríamos que haberla sufragado como sea», según explica el concejal.
De esta forma, primero se decidió dotar del crédito necesario para hacer frente a la factura. «Pero tiene un doble perjuicio, también tenemos que levantar el reparo por ser de años anteriores. Y en un próximo pleno deberemos incluir el punto de indemnización a empresas para hacer efectivo el pago, una vez pase el periodo de exposición pública, a principios de septiembre», según argumentó el edil encargado de Economía.
Planta desaladora
Esta infraestructura hidráulica suministra el agua potable a tres localidades actualmente, Benicàssim, Orpesa y Cabanes. Los municipios también siguen reclamando que el Estado asuma los costes de construcción de la planta, que son muy elevados, al igual que hizo con las de otras comunidades autónomas. Aunque esta importante demanda todavía no se ha logrado.