Eva Bellido
El fútbol devolvió este domingo la ilusión de 160 niños y niñas que, por un día, desconectaron de su caótica vida después de que la DANA más trágica de la historia de la Comunitat arrasara con sus campos y barrios en la provincia de Valencia.
La Ciudad Deportiva Facsa de Castellón fue el epicentro de esta jornada solidaria, organizada por el CD Benicasim, que logró hacer disfrutar a los jugadores de cuatro equipos de Catarroja y otros cuatro de Massanassa de su deporte favorito, en un evento que derrochó compañerismo y empatía, y del que salieron fortalecidos.
El dispositivo para hacerlo posible, con una oleada de voluntarios y patrocinadores , empezó a primera hora de la mañana, cuando salieron los autobuses en dirección a estos municipios tan afectados por las graves inundaciones del 29 de octubre y recogieron a los niños que quisieron apuntarse a la iniciativa junto a sus entrenadores, después de varias semanas de preparativos.
Una vez en el campo, ya se vieron las sonrisas y la emoción por volver al terreno de juego. «Les dimos a elegir entre jugar un torneo tradicional o combinar los equipos, y escogieron jugar juntos como equipo porque llevaban 15 días sin entrenar y sin estar juntos», según explicó Marc Gabarro, de la familia del CD Benicasim, quien planteó la idea al club y la consiguió ejecutar con el apoyo de la junta directiva, y la colaboración también del Ayuntamiento.
Fue un éxito, conseguimos el objetivo que nos habíamos marcado, que los niños disfrutaran y desconectaran un poco de la situación que les ha tocado vivir»
Marc Gabarro,. organizador
«Y fue un éxito, conseguimos el objetivo que nos habíamos marcado, que los niños disfrutaran y desconectaran un poco de la situación que les ha tocado vivir», expresó Gabarro, quien también es papá de dos niños del Benicasim.
El torneo amistoso también contó con la participación del Villarreal CF y el CD Castellón femeninos, en categoría cadete e infantil, además de jugadoras del CD Benicasim, reuniendo a cerca de 300 futbolistas en total, que compitieron sacando su mejor versión, «en un día grande para el fútbol, en el que no importaban los resultados, si no el disfrutar de este deporte como vía de escape».
También tomaron un esmorzaret de la terreta saludable, a base de fruta, con mandarinas y melón, además de cocas típicas de Castelló y zumos naturales recién exprimidos, gracias a la solidaridad de muchas empresas. Y, al acabar los partidos, degustaron una sabrosa paella monumental para casi 500 personas.
Tras escuchar con emoción el himno de Valencia, volvieron a casa con ese chute de ilusión y cargados de obsequios y material deportivo para ayudar a remontar sus clubes.