El convento de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret vivió este domingo una tarde de especial significado con la conmemoración del 150º aniversario de la congregación. La comunidad de Benicàssim, asentada en el municipio desde 2018, reunió a numerosos fieles en un acto conmemorativo que combinó memoria, espiritualidad y gratitud.
La celebración comenzó con una intervención de la hermana Catalina, superiora de la comunidad local, que ofreció un recorrido por los orígenes y la evolución de la congregación. La charla permitió recordar cómo este instituto religioso, fundado en 1875, fue creciendo en distintos países y desarrollando un carisma centrado en la vida familiar, la sencillez diaria y el acompañamiento a niños, jóvenes y familias. Hoy, la congregación está presente en los cinco continentes.






La presencia de las hermanas en Benicàssim se remonta a octubre de 2018, cuando cuatro jóvenes religiosas procedentes de distintos países reabrieron un convento que llevaba cerca de una década cerrado. Su llegada fue posible gracias a un acuerdo entre la congregación, el párroco de Benicàssim, Luis Oliver, y el obispado, y supuso el asentamiento de la orden en su primer país de habla hispana. Desde entonces, la comunidad se ha integrado en la vida parroquial, con su casa situada junto al polideportivo municipal.
Misa presidida por el obispo
Tras la charla, la parroquia acogió la misa prevista para las 19.00 h, presidida por el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente. La celebración se vivió con un ambiente cercano y participativo, con la presencia de vecinos vinculados a la parroquia y familias que mantienen relación con las religiosas. El obispo destacó la trayectoria de la congregación y la importancia de su misión a lo largo de estos 150 años, especialmente por su trabajo con jóvenes y familias en distintos lugares del mundo.
La jornada concluyó con un pequeño ágape en el convento, donde hermanas y asistentes pudieron compartir un momento de convivencia. Para la comunidad local, este aniversario representa un gesto de gratitud por el camino recorrido y una oportunidad para renovar su presencia sencilla y cercana en la vida diaria del municipio.




























