SUCESOS Temporal
E. BELLIDO // BENICÀSSIM
La memoria de los benicenses no recuerda un temporal más fuerte que el del viernes. Una intensa tormenta eléctrica con granizo que llegó a arrasar algunas de las casetas del paseo marítimo de la playa Heliópolis y causó numerosas incidencias. Grandes árboles caídos, tanto en el casco urbano (en la plaza del País Valencià) y palmeras por las zonas de playa, en Ferrandis Salvador; cristales rotos, toldos, chapas de las terrazas de apartamentos, inundación de algunas calles, especialmente del Cuadro de Santiago, y de algunos garajes, son algunas de las consecuencias del temporal. Uno de los pinos cayó, incluso, contra la uralita de un párking y cedió causando daños en los vehículos.
Pero sin duda los más perjudicados fueron algunos de los propietarios de las casetas del paseo de la playa Heliópolis, que vieron cómo el fuerte viento arrasaba con sus puestos de trabajo y los destrozaba completamente. Es la historia más humana de la tormenta del viernes.
Miguel Ángel López, propietario de la caseta de mojitos, explicó que la suya «ha quedado totalmente destruida, todas las maquinarias, granizadoras, batidoras, neveras, congeladores, todo el género y botellas… Me han robado la caja registradora, como nos tuvimos que ir corriendo ayer… la han arrancado. Más de 400 o 500 euros». «Pedimos que nos devuelvan el dinero que hemos pagado por las casetas, algo más de 2.000 euros cada una, en compensación por las pérdidas de cada uno y que nos dejen trabajar hasta el día 24 de agosto. Hay casetas que son de bolsos de piel, que se han escampado por la playa, y que se van a podrido. Hay también un joven de otro puesto que se le ha estropeado una maquinaria de almendras que vale un dineral. El Ayuntamiento o la empresa tendrá que tener un seguro supongo. Y también nos preguntamos por qué unas casetas se desmontan y otras se quedan ancladas, ¿es que están mal montadas? ¿Quién tiene la culpa de esto? ¿La empresa, los del montaje?».
Aunque el inaudito temporal no dejó afortunadamente heridos de gravedad, sí causó algunas heridas y moraduras en algunos de los propietarios y trabajadores de estas casetas que se vieron envueltos en esta especie de ‘huracán’ con granizo, e incluso alguno perdió el conocimiento. Tal y como explica otra testigo, “empezó a llover y se nos empezó a caer todo. Bajamos las persianas, queríamos irnos rápidamente, tenía mucho miedo, pero antes de poder salir se nos cayó la caseta encima. No podíamos salir porque caían piedras, el granizado, la nevera y todo el género se nos cayó encima. Y Miguel Ángel se quedó inconsciente en el suelo. Le intenté despertar y cuando recuperó el conocimiento nos fuimos rápidamente”.
Nany García, de una caseta de ropa y bisutería que también ha quedado muy mal parada, relató que empezó «el huracán, se nos cerró la puerta y nos quedamos dentro encerrados. Un árbol que tenemos arriba impidió que se volara, porque se levantó del suelo por el fuerte viento, nos entró agua por arriba y por abajo, nos pensábamos que estábamos en el mar, y nos abrazamos y rezamos”.
De las 37 u 38 casetas que aseguran los afectados que había en este paseo marítimo de la playa Heliópolis, las dañadas son “más de la mitad, unas 17 o 18”, según indicaba Blanca Menacho, otra de las propietarias de un puesto de juguetes y bisutería que, por suerte, ha quedado sostenida su caseta.
Otro afectado explicaba que, además, el suceso se ha producido justo en la fecha en la que sacan más rentabilidad a las casetas, entre el 1 y el 8 de agosto, el periodo que hace que merezca la pena los gastos por su concesión. “Vivimos de esto”, decía apenado. Quien también reclamaba algún “dinero en recompensa por el género perdido”.