CULTURA Festivales de Música
R.D. // BENICÀSSIM
Termina la Peace R(evol)ution. Una edición del Rototom Sunsplash dedicada a la paz que el festival ha sabido plasmar sobre sus escenarios, su agenda cultural, su ambiente, su público. Una edición que se ha convertido en una muestra de interculturalidad y respeto a la libertad de expresión. Más de 200 shows, 75 debates y sesiones en el Foro Social y la Reggae Univesity, 60 actividades al día en MagicoMundo, Rototom Circus, Vivir la Energía, African Village y el Simposio Artístico, así como más de 18 horas diarias de actividad ininterrumpida y público de los cinco continentes han perfilado este año una edición, la número 22, que anoche bajó el telón.
Lo hizo tras ocho intensas jornadas en las que, según ha informado el director del Rototom Sunsplash, Filippo Giunta, han sido 250.000 las personas que han disfrutado del festival. El recinto ha recibido este año a público de 73 países, con España, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Suiza a la cabeza, seguidos de Bélgica, Holanda y Suecia. Los asistentes han llegado también de países como Nueva Zelanda, Chile, Australia, Austria, Chipre, Honduras, Botsuana, Costa de Marfil, Líbano, Méjico, Rusia, Gambia o Corea, entre muchos otros. Procedencias que ratifican el carácter multicultural del festival reggae más grande de Europa, abierto además a público de todas las edades.
En lo musical, pese a la polémica, finalmente el concierto del estadounidense Matisyahu se convirtió el sábado por la noche en una muestra de libertad de expresión y manifestación pacífica de puntos de vista distintos. La actuación terminó sin ningún tipo de conflicto, permitiendo que la última jornada se cerrara con éxito, convirtiéndose en una auténtica fiesta de convivencia donde la música fue la principal protagonista.
“El Rototom Sunsplash se ha confirmado como el evento reggae más importante del mundo”, ha indicado el director del festival, Filippo Giunta. “La atención mediática que ha despertado lo ocurrido ha permitido finalmente proyectar al mundo una imagen del festival como lo que realmente es: un punto de encuentro y un evento plural y multicultural, como así nos han trasladado quienes nos han visitado por primera vez”, ha señalado Giunta.
“Han sido muchas noches en vela, de reuniones, tratando de buscar la mejor solución y, finalmente, gracias al apoyo de todo el equipo y de todo el público, hemos conseguido superar las dificultades”, ha reconocido el presidente del festival, para quien lo sucedido “ha sido una de las cosas que más nos han dolido en los 22 años de trayectoria de este festival”.
El director del Rototom Sunsplash también ha agradecido al público su respuesta durante toda esta edición. “Incluso en una situación tan delicada ha confiado en nosotros, en nuestro proyecto; nuestro público ha seguido ahí”, ha recalcado el director del festival. A su juicio, “lo que ha salido reforzado de todo esto es el concepto de paz, ya que la gente ha venido un año más para demostrar que entre todos creamos por unos días esta pequeña ciudad, regida por una misma filosofía de respeto, de encuentro, de debate, de compartir, de convivir”.
Un Rototom Sunsplash más familiar
Siguiendo con las cifras, el festival se consolida este año más que nunca como un festival familiar: 2.000 niños menores de 12 años (más del doble que en 2014) han disfrutado cada día -16.000 en ocho jornadas- de la amplia oferta de actividades diseñada para ellos en seis de las nueve áreas extramusicales del Rototom Sunsplash.
Por otro lado, más de 9.600 mayores de 65 años-1.200 cada día- han formado parte del público de una edición que ha vuelto a convertirse en ejemplo de integración: un total de 2.800 personas con discapacidad han participado de forma gratuita de los conciertos, talleres y las numerosas actividades programadas en las diferentes áreas durante estos últimos ocho días. Además 1.000 desempleados de la provincia de Castellón han podido acceder al recinto con una entrada especial al precio simbólico de 5 euros.