Iván Checa // Benicàssim
Casi medio siglo pedaleando sobre dos ruedas con el escudo de Benicàssim por delante. Miles de historias y anécdotas que Francisco Soliva, presidente de la peña, guarda en la memoria y en un lugar privilegiado de su taller. En éste, las estanterías están repletas de trofeos, fotografías y recuerdos, pero sobre todo de momentos e historias.
La Peña Ciclista de Benicàssim arrancó su andanza en el año 1972. Para entonces, el municipio aún no era tierra de festivales pero su potencial turístico ya había captado algunos fieles visitantes. En el panorama ciclista provincial tampoco había precedentes, los benicenses serían de los primeros. «Incluso puede que seamos los más antiguos de España», comenta Soliva. Cinco jóvenes, entre ellos Ernesto Domenéch, Vicente Marqués y Francisco Soliva, formaron el que sería el primer equipo de la Peña Ciclista de Benicàssim.
A partir de ese momento, la pasión por el ciclismo no se detuvo en Benicàssim. De hecho, la peña es de las pocas que puede presumir a día de hoy de haber tenido un equipo de ciclismo activo durante todas las temporadas de su historia. La cantera fue otra de las inquietudes desde la fundación. Por ello, se creó la escuela de ciclismo, para así poder transmitir esa pasión por las bicis a nuevas generaciones.
Las mujeres pronto se sumaron al proyecto, convirtiendo así al club en el segundo de España que incorporaba un equipo totalmente femenino. Aunque hoy no se mantenga, la Peña celebra lo que para entonces aún era un hecho insólito.
Las competiciones deportivas fueron otro de los puntos fuertes del club, pues durante un largo periodo participó en la organización de la vuelta a Castellón, de la vuelta al Alcalatén y de la vuelta a las comarcas de Castellón. También asumieron la organización del trofeo Challenge Costa Azahar.
Por el club también han pasado deportistas paralímpicos y aportaron numerosos títulos al club. Entre ellos, nueve primeros puestos en campeonatos del mundo y doce en campeonatos de España en distintas categorías. Desde el club señalan que nunca han limitado la participación en el deporte a nadie.
Benicàssim y su club ciclista conquistaron hasta el panorama internacional. De hecho, el Consejo Superior de Deportes les encargó la labor de mostrar por primera vez en público la bandera de los Juegos Olímpicos de Barcelona en las Sordolimpiadas de Nueva Zelanda 1989, según relata Soliva, causando gran expectación entre la prensa mundial allí presente.
Durante toda la historia, más de 2.300 ciclistas han pasado por el club benicense. Algunos de ellos, se han convertido en ciclistas profesionales. Joaquim Rodríguez, David Muntaner o Gaspar Mas, son solo algunos de ellos.
Hoy, la Peña Ciclista continúa manteniendo su firme apuesta por el ciclismo así como por transmitir toda su experiencia deportiva. Su escuela de ciclismo ya cuenta con algunas promesas como Iván Moreno, algunas mujeres como Ainhoa Sants han querido volver a formar parte del proyecto y ciclistas como Cristóbal Carnicer, Toni Ballester, Nacho Saura o Juan Manuel Broch, llevan el nombre de Benicàssim y su Peña Ciclista por todo el territorio. Tras 46 años pedaleando juntos, el espíritu ciclista continúa en Benicàssim.