Eva Bellido // Benicàssim
El FIB vuelve a sus años dorados, con las cuentas saneadas y un cartel de lujo. La organización espera una media de 50.000 personas diarias, una cifra histórica que solo se alcanzó durante sus años más gloriosos, el 2009 y 2011, con un total de 200.000 asistentes los cuatro días de conciertos.
Teniendo en cuenta que cada fiber se gasta una media de 400 euros durante su semana de vacaciones en Benicàssim (tirando por lo bajo), el impacto económico previsto vuelve a alcanzar la lejana cifra de los 20 millones, recaudada en la mejor edición de la historia del FIB en el 2011.
Los asistentes, mayoritariamente británicos y con un poder adquisitivo alto, dejarán este dinero en los bares, cafeterías, heladerías, tiendas, bazares, estancos, taxis… tanto en las zonas de playa, como en el casco urbano, y también en los alrededores de la localidad costera.
Las propinas son otro importante aliciente. Y es que a diferencia de los españoles, los ingleses siempre dejan mejores propinas. Lo que supone un buen ‘botín’ para los camareros.
Este año, además, el macrofestival indie por excelencia ha batido otro récord histórico, colgar el cartel de sold out de sus tres zonas de acampada, Campfest, la más grande que aloja a la inmensa mayoría de fibers y más próxima al recinto; Villacamp, la vip y más cercana al pueblo; y Blue Camp, la nueva instalada al otro lado de la N-340 cerca del recinto. Estos tres cámpings tienen una previsión de alojar a más de 20.000 campistas hasta el lunes.
En cuanto a los hoteles, están prácticamente al 100% de ocupación para las fechas del FIB –que se celebra desde este jueves al domingo– a excepción de unas pocas habitaciones (entre 1 y 3) que quedan en el «Montreal, Canadá, Vista Alegre y Bosquemar, para días concretos», según datos de la oficina de Turismo.
En el caso de los cámpings, «están llenos el Gran Avenida y Tauro»; mientras que «sí quedan alojamientos disponibles en el Bonterra, Florida y Azahar», indican.
A POR EL SOLD OUT // Las expectativas son «muy buenas», según declararon ayer desde la organización. Esperan «sold out en dos o tres de las jornadas y el sábado va a estar a reventar», por lo que todo indica que será una de las ediciones más multitudinarias de la historia del Festival Internacional de Benicàssim.
Seis años han pasado desde la mejor edición del FIB en el 2011, con una fuerte crisis por medio de la que el festival ha salido finalmente reforzado. Lo muestra el cartel para esta 23 edición, encabezado por los Red Hot Chili Peppers, una de las mejores bandas del mundo; y artistas de la talla de The Weeknd; y con unas cuentas saneadas gracias a los nuevos propietarios del festival, que en diciembre de este año amortizarán por completo la deuda de cuatro millones heredada.
Máxima seguridad para estar ‘blindado’ frente al terrorismo
El FIB 2017 contará con el mayor dispositivo de seguridad de la historia de los festivales en la provincia. Aunque no hay amenaza directa, la organización y los cuerpos de seguridad no pierden la mirada al terrorismo y ‘blindan’ el recinto con un público mayoritariamente inglés.
Habrá mayor presencia policial y solo en el caso de la Guardia Civil se han incrementado en un 30% el número de efectivos. Además, se cuenta con agentes especializados con perros para la detección de explosivos, que supervisan todas las zonas, desde los accesos, las taquillas, entrada, recinto y zonas de acampada. Y se ha habilitado una carpa de control por la que deben pasar todos los asistentes, siendo observados por agentes, con cacheos del cuerpo, las maletas y bolsas; así como un área de seguridad exterior.
El protocolo que se está llevando a cabo es el mismo que el director del FIB, Melvin Benn, activa en sus más de 10 festivales, a pesar de que el riesgo por sufrir un atentado en Benicàssim es menor que en Reino Unido.