Eva Bellido // Benicàssim
Último fin de semana para visitar una exposición que impacta y que nos transporta al Hospital de las Brigadas Internacionales instalado en Benicàssim durante la Guerra Civil, Soldats vora la mar.
El comisario de la exposición, el benicense Guillem Casañ, incluso viajó a otros países para poder realizar el trabajo y reunir esta recopilación de alrededor de 200 fotografías y 37 paneles que muestran cómo fueron aquellos años en los que las Villas y el Hotel Voramar, entre otros inmuebles, se convirtieron en un improvisado hospital.
Está en el centro cultural Melchor Zapata y se puede visitar hasta el domingo, 29 de julio (incluido), en horario de 19.00 a 22.00 horas.
Historia
El director del Servicio Sanitario Internacional (S.S.I.), Dr. Rudolf Newman, instaló un hospital en Benicàssim para atender a los heridos de la XIII B.I. que atacaban Teruel en diciembre de 1936.
Las Brigadas Internacionales fueron unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros de más de 50 países que participaron en la Guerra Civil Española junto al ejército de la Segunda República.
Se eligió Benicàssim por estar situada a una distancia prudencial del frente de Teruel, por sus buenas comunicaciones (tren y carretera nacional) y por la facilidad para incautar los edificios de veraneo de la burguesía castellonense y valenciana junto al paseo marítimo.
Estuvo dirigido por los internacionales hasta abril de 1938. Y hasta finales de 1937 pasaron por la localidad costera alrededor de 7.500 heridos y convalecientes, según la documentación aportada por Casañ.
Casi 50 edificios
Para ello, se emplearon casi medio centenar de edificios, principalmente villas pero también un hotel (el Voramar), un convento y un garaje.
La mayoría de ellos se reconvirtieron en dormitorios con una media de 50 camas cada uno. Se destinó un edificio para cada una de las siguientes funciones: gabinete dental y farmacia, enfermedades infecciosas, venéreas, mantenimiento, transporte, intendencia, teatro-puesto de clasificación, actividades culturales y biblioteca, cantina, calabozo, puesto militar, administración, y dirección. Dos para cocina (comida internacional, española y dieta); y tres para cirugía y comedor.
Los nombres tradicionales de las villas se cambiaron por otros de carácter político, principalmente de dirigentes comunistas europeos.
Las necesidades de la guerra hicieron que sufriera una constante ampliación: de las 150 camas iniciales llegó a alcanzar 1.200. Junto al de Murcia, era el hospital más grande del Servicio Sanitario Internacional (S.S.I).
La plantilla estaba compuesta por una treintena de oficiales, de los cuales unos 20 eran médicos principalmente, y un centenar de personal auxiliar, en su mayoría enfermeras. En lo referente a las nacionalidades, los grupos de médicos más numerosos, aparte de los españoles, fueron los alemanes, checoslovacos, norteamericanos, polacos, austriacos y rumanos. Incluso vino un médico de la India.
Los heridos
Los heridos y enfermos llegaban principalmente en trenes hospitales y ambulancias. Cuando el convoy era grande, o se recibían varios en una misma jornada, el garaje para espectáculos se transformaba en puesto de clasificación. De ahí se les mandaba a las villas correspondientes, cirugía si necesitaban intervención, o dormitorio si era leve. Los internos eran previamente lavados, desinfectados y cambiados de ropa, según la documentación recopilada por Casañ.
Por término medio se realizaban tres intervenciones quirúrgicas diarias, pero había periodos en los que se operaba día y noche sin interrupción. En la mayoría de los casos eran heridas de fusil o ametralladora, las de artillería eran las menos. Las infecciones suponían el mayor peligro ya que no se había descubierto los antibióticos.
La mayoría de los pacientes de Benicàssim sobrevivieron. Solo se produjeron algo más de medio centenar de muertes. La fiebre tifoidea causó un 15 % de ellas. Hasta finales de 1937 pasaron por Benicàssim 7.500 heridos y convalecientes.
Villa Elisa, hogar de niños huérfanos
Villa Elisa se convirtió durante aquellos años en una colonia de la red de hogares de huérfanos milicianos que creó el Ministerio de Instrucción Pública para atender a los niños afectados por la guerra.
Lo componían medio centenar de niños procedentes principalmente de Madrid, Andalucía y Asturias. El Comisariado de las B.I. creó el Comité pro-niños españoles que lo dirigió el psicólogo francés Alfred Brauner.
Los internacionales y la dirección del Hospital de Benicàssim mantuvieron estrecho contacto con los niños organizándoles fiestas, regalándoles ropa, juguetes y golosinas; y ocupándose de su atención médica de la que era responsable la Dra. Françoise Brauner.
¿Cómo visitarla?
En la exposición se observa la guerra de una manera diferente a la tradicional, se ve desde la perspectiva de un hospital de la retaguardia republicana situado en un entorno paradisíaco: villas señoriales junto a la playa. Lo que supone un gran contraste, entre la belleza del entorno y la fealdad de la muerte.
La muestra es, sin duda, una forma distinta y más amena de acercar la historia a todo tipo de público, pues como dice el comisario «los libros muchas veces se guardan en la biblioteca y permanecen como un mueble, sin abrir».
Sigue un orden cronológico y temático. Comienza con una breve introducción con la foto estrella de la exposición (las tres mujeres del personal médico). Sigue con el pueblo, el monasterio y Las Villas relacionándolo con la Guerra Civil.
Se debería empezar por la derecha y seguir un sentido contrario a las agujas del reloj.
Continúa en el segundo piso donde hay temas curiosos sobre el Ejército de Maniobra, el Cuerpo de Ejército de Galicia, el Regreso, la Represión, y finalmente el tema del Socialismo, Dictadura y Democracia.
En cualquier caso, se puede hacer una visita libre de manera que uno va disfrutando y aprendiendo de las fotos que le llamen la atención.
El título y el cartel
Está inspirado en el reportaje del escritor y periodista checo Egon Erwin Kisch Soldatem am meeresstrand [Soldados a la orilla del mar], basado en Benicàssim y publicado en 1938 en Barcelona.
El diseñador del cartel es MilkmanDiseny, su director creativo es Josep Sedano Font que ha estudiado Escola d’art i superior de Disseny de Castelló, después Diseño en la Universidad de Vic y finalmente en Parsons School of Arts.
Ha logrado un diseño moderno, llamativo que contrasta con el sepia y antigüedad de la foto.
Personajes destacados
Entre los personajes destacan la Dra. Fritzi Brauner, austriaco-francesa. Después de la GCE, volvió a Francia y comenzó una carrera en el tratamiento de los niños traumatizados por la guerra (campos de concentración).
Y la Dra. Dora Kleinová, polaca residente en Checoslovaquia. Internada en campos de concentración nazis. Forzada a colaborar con los médicos que realizaban experimentos con humanos. Condenada en los Juicios de Praga y encarcelada.
Escribo desde Los Angeles. Mi ultima novela, The French Volunteer, por ahora 420 paginas y creciendo, sobre mi padre el teniente Carrie y su participacion en la guerra civil (XIII B.I. y V Corps, despues de la Batalla de Brunete, Administrador del Centro Medico de Benicassim, incluyendo todas las Viilas, hasta 1938, cuando las tropas de Franco ya se hacercaban y se comenzo la evacuacion. Mi madre, Pepita, era la enfermera primera de cirugia, debajo del Dr. Massons y su esposa, quien era la jefa de las enfermeras. El teniente Carrie se caso con Pepita en la ciudad de Benicassim mucho antes de la evacuacion. Exactamente en que Villa se hospedo el escritor corresponsal y novelista Americano Hemingway cuando visito a Benicassim. No pudo ser en la Villa Amparo, porque esta Villa estaba dedicada a enfermos de enfermedades contagiosas (como el tifus, enfermedades venereas, etc.). Mi padre (que vivio 100 anos) me conto que era amigo de Hemingway y lo acompanaba a su cuarte cada noche, el borracho, y dificil de complacer. .Me gustaria tener alguna «brochure» sobre el Centro y las Villas durante la guerra para ayudarme a narrar este capitulo de mi novela sobre Benicassim, Muchas gracias. Jacques Carrie.