Eva Bellido // Benicàssim
Una verbena despidió este domingo por todo lo alto la séptima edición de Benicàssim Belle Époque, en una jornada en la que lucieron los peinados y vestidos de época y las bicicletas antiguas.
Un grupo de aficionados desfiló con auténticas reliquias frente a la iglesia de Santo Tomás y por el paseo marítimo Pilar Coloma, con vestimenta típica de aquellos años, ante la atenta mirada de los asistentes que disfrutaron de la exposición de estos ejemplares en el último día de este evento, impulsado por la Concejalía de Turismo.
Asimismo, en la peluquería habilitada por la organización de esta recreación histórica muchas mujeres se prepararon para lucir sus cabellos acorde a la época. Se trata de uno de los servicios que ha cosechado más éxito durante todo el fin de semana.
El teatro también volvió a entretener a los visitantes y arrancarles alguna que otra carcajada con los actores que representan a personajes de la alta burguesía que veraneaban en Las Villas de la localidad costera y parodiando, incluso, a la familia de un hipotético alcalde de Benicàssim.
Los talleres, juegos y puestos del gran mercado modernista que ha tomado este fin de semana el paseo marítimo de las playas l’Almadrava y Voramar fue otro de los principales focos de atención, con multitud de paradas con todo tipo de artículos y productos gastronómicos, así como artesanos que mostraron a todos los que se acercaron los detalles de sus antiguas profesiones.
Además, numerosas personas participaron en los concursos de fotomaratón, vestimenta y pintura rápida, con el objetivo de hacerse con el primer premio, y se llevó a cabo la última ruta contada a Las Villas, con salida del Voramar, para conocer la historia de estos palacetes de finales del siglo XIX y principios del XX.
Entre los vecinos que se vistieron para la ocasión no faltaron los componentes de la Colla por un día, que volvieron a lucir sus mejores galas, tras su llegada con la línea regular de viajeros.
Verbena y baile del farolillo
El programa finalizó con una verbena típica de la Belle Époque, que contó con actuaciones musicales de la compañía Cor de Fusta, por la tarde, frente a Villa Amparo, uno de los inmuebles más impresionantes de la Ruta de las Villas y que ha lucido estos días iluminado.
También participaron miembros de la agrupación folclòrica El Cremaller vestidos de época, siendo otros de los grandes protagonistas.
Tal y como ocurrió en la pasada edición, el baile del farolillo marcó el fin de los festejos, un baile lento que acaba cuando se apagan las velas que sujetan las parejas que se animan a participar.
En definitiva, Benicàssim dijo adiós a tres intensos días en los que recordó ésa época de esplendor con el inicio del turismo; y en los que la elevación de un globo cautivo ha sido la principal novedad y atracción estrella de esta edición.
Balance
La concejala de Turismo del Ayuntamiento, desde donde se organiza el evento, Elena Llobell, explicó que este año «hemos superado la asistencia de otros años, debido a cómo han caído las fechas». Por lo que han sido más de 25.000 personas las que han visitado la feria.
En cuanto a los concursos, también «se ha superado con creces la participación, llegando a multiplicarse en algunas disciplinas por dos e, incluso, por tres».
«El de fotomaratón contó con un total de 56 inscritos; 18 el de pintura rápida; y 50 el de vestimenta».