Grupo Municipal Socialista // Benicàssim
Artículo de Opinión
El título del libro de Truman Capote nos viene que ni al pelo para describir la singladura de un partido político local que no sabía qué quería ser de mayor. Así empezó, con una promesa electoral que lucía en los carteles a modo de barraca de feria: “Benicasim pide cambio”. Pues eso, con el señuelo de campaña hicieron que nada cambiara aunque lo pareciera.
Un año detrás de otro fueron aprobando como ovejitas luceras obedientes lo que Doña Susana Marqués les ponía ante las anteojeras. Un año detrás de otro quisieron brindar con champán unos presupuestos que, por increíbles, eran una carta frustrada a los Reyes Magos que tenían por respuesta carbón, dulce carbón que las ciudadanas paladeaban y enseñaban como si fuera el descubrimiento del Mediterráneo.
Un año fue la promesa de organizar el día del turista (40.000 €) que se quedó en un agua de borrajas tan insulsa como taurina, porque derivó en gastos de festejos de lo más castizo. Otro año se vanagloriaron de conseguir un árbol solar que luce su dejadez y su aterrorizadora estética en medio del paso en Plaça de les Corts Valencianes. Otra vez fue una rotonda que favoreciera los giros de alguna vecina ilustre del lugar en la Gran Avenida/Carles Salvador en la que se tenía que colocar una locomotora. Allí queda el pegote de césped artificial, las dos orillas de acera que nos costaron el doble de lo presupuestado, y el hueco en el que algún día pretenden colocar ese tren que nunca llega y del que no se sabe cuánto presupuesto se va a llevar, no sabemos si por ignorancia u ocultación.
Entre otras cosas, Ciudadanos ha sido el partido que ha dado siempre y mecánicamente el voto al equipo de gobierno. Esta marca blanca del PP que pacta en la trastienda la alcaldía de 2019 en caso de que entre PP-C’S tengan mayoría y luego ya lo arreglaran en Diputación si conviene, no es otra cosa que un camaleón que viaja de la socialdemocracia al liberalismo, del jacobinismo al neofalangismo como quien se viste para la ocasión.
Con ellos siempre se sabe qué va a ocurrir, votan según el rédito electoral que les pueda dar la cosa. Así es, cuatro años dando cancha al PP de Susana Marqués y a última hora dicen que no son iguales. Pues sí: “Benicasim pide cambio”, y no precisamente con Ciudadanos, porque son más de lo mismo, advenedizos de la política sin ideología, sin norte, sin planes para nuestra sociedad. Son lo que más les convenga particularmente, son como el Partido Popular. No hay más que mirar a Andalucía y ver cómo pactaban con Vox detrás de las cortinas. En casa de Rivera hay de todo, menos valentía e ideas claras.