Eva Bellido // Benicàssim
Adiós a 53 años del Termalismo de Benicàssim y a décadas repletas de historias. Desde los 26 años que permaneció abierto, como centro referente de talasoterapia en España, hasta los 26 que lleva cerrado, coronando el skyline de la localidad costera.
Con el inicio del derribo, la cuenta atrás para su desaparición ha empezado. Fue declarado recientemente en estado de ruina, parte de la estructura estaba en mal estado y corría peligro de derrumbe.
Los trabajos de demolición se extenderán durante un periodo de dos meses y medio, con el objetivo de estar finalizados en Semana Santa, cuando la población se multiplica.
Los gastos del derrumbamiento corren a cargo de los propietarios. La decisión partió de los propios dueños, con el apoyo de diversos estudios técnicos y del Ayuntamiento, por cuestiones de seguridad, tras el deterioro sufrido con el paso del tiempo.
Y es que son muchos los jóvenes e intrusos que han entrado de forma clandestina en el edificio en desuso y, de seguir así, podría lamentarse algún incidente, pese a estar completamente cerrado y prohibido su acceso.
Las tareas han comenzado por la parte trasera oeste e irán continuando sin pausa hasta tumbar por completo los dos bloques de la gran infraestructura.
El camino de acceso está cortado en las proximidades del edificio para garantizar la seguridad, ante la proximidad del inmueble a la carretera; y las tareas se ejecutan con especial precaución, al haber viviendas próximas.
A pie de obra se trasladaron este jueves algunos de los propietarios y el impulsor del centro, el doctor Joaquín Farnós, así como sus hijos. Tampoco faltó la alcaldesa, Susana Marqués; y el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz, que no quisieron perderse este momento histórico para la localidad.
Su futuro, una incógnita
Lo que pasará después en la parcela es todavía una incógnita. El futuro del Termalismo, situado sobre lo alto de una colina con unas vistas privilegiadas de la costa, se abordará, probablemente, después de las elecciones municipales de mayo.
El tema se dialogará, primero, entre los dueños –familia Farnós, Carpi y Forner– y, a continuación, con todas las fuerzas políticas, para buscar la mejor solución tanto para el municipio como para su desarrollo turístico.
El suelo está calificado desde el Plan General de Ordenación Urbana de 1992 como asistencial sanitario. Pero sería posible su modificación.
Historia
El complejo abrió sus puertas en 1966 y poco después se amplió. Fue un centro sanitario de rehabilitación puntero, que atendió a miles de pacientes, algunos muy ilustres; y que generó cientos de puestos de trabajo.
Funcionó hasta 1992, aunque los últimos años, en decadencia. Finalmente cerró por una crisis económica.
«Más de un millar de personas se manifestaron, el 21 de noviembre de 1991, por las calles de Castelló contra el cierre del Termalismo y por la continuidad de la actividad en las instalaciones y de los puestos de trabajo», según recordó el periodista Daniel Llorens en un artículo.
La protesta finalizó con la lectura de un comunicado, en el que se instó «que el cierre del Termalismo implicaba la desaparición de un tipo de servicio sanitario que solo allí se presta y del que han sido beneficiarios miles de ciudadanos». Además, se reclamó la continuidad de los 140 puestos de trabajo, según se recoge en el mismo artículo del periódico Levante de Castelló.
Muchos de los trabajadores eran vecinos de Benicàssim y de la provincia.
Una vista atrás
Este Centro Termalismo Heliomarino impulsó el turismo e instauró en España los tratamientos de talasoterapia con agua marina. El doctor Farnós vivió con especial nostalgia, a sus 83 años, el comienzo del derribo. Por su cabeza pasaron multitud de momentos y recuerdos acontecidos.
«Me he quedado muy triste, pero su alma va a perdurar, porque Benicàssim sigue siendo uno de los centros más importantes de talasoterapia en todo el país con el Palasiet».
«Y me quedo con la satisfacción y el sentimiento de haber ayudado a tantas personas, que consiguieron rehabilitarse. Era un lugar idílico, donde tanto niños como adultos, con algún tipo de parálisis o paraplejía, por enfermedad o accidente de tráfico, recibían sus tratamientos, masajes…»
«Disfrutaban con los paseos por la terraza con esas bonitas vistas; y jugando a baloncesto con silla de ruedas en el campo que teníamos en las instalaciones», detalló emocionado el especialista médico.
«Cuando estaban demoliendo el edificio me he acordado de esos detalles, estaba viendo la antigua canasta donde entrenaban…», contó.
Los inicios…
En la parcela, antes de ser el Termalismo, «había licencia para la construcción de 54 apartamentos». «Vinieron mis amigos de un centro de talasoterapia de Francia, me hablaron de construir un centro enfocado a la rehabilitación en Castellón, vimos varios sitios y el que más les gustó fue Benicàssim», relató.
«Vieron la estructura de los 54 apartamentos que estaba construyendo el grupo Grapa, al arquitecto le encantó el lugar, entonces llamamos a Forner, que era el dueño de construcciones Grapa y le compraron la mitad del edificio de los 54 apartamentos. Después, transformaron los apartamentos en el centro de rehabilitación, con habitaciones», indicó Farnós.
Y en el 66 ya se puso en marcha. Rápidamente adquirió gran fama nacional e internacional. La primera clienta fue la señora Valcoviak, procedente de Brasil.
Aristócratas y personalidades, entre los pacientes
Pronto, la clínica se fue llenando, debido a la gran necesidad de este tipo de tratamientos que había en España, tanto con pacientes de la Seguridad Social como enfermos privados, algunos muy conocidos. «Era el único centro de rehabilitación. Y muy singular», apuntó Farnós.
«Venía la gente más conocida de España. Por aquí pasaron personalidades de la época como el aristócrata Francisco José Martínez-Bordiu, VIII conde de Argillo (padre del Marqués de Villaverde, que se casó con Carmen Franco Polo) y consuegro del dictador Franco«, recordó.
También estuvo el fundador del Corte Inglés, Ramón Areces; e Ignacio Villalonga, político, empresario y financiero valenciano, encargado de reorganizar el Banco de Valencia y el Banco Central después de la guerra civil, entre muchas otras personalidades.
Pese a que la actividad en el emblemático edificio continuó hasta el 92, años antes del cierre, el doctor Joaquín Farnós se desmarcó del Termalismo y lo dejó, «por razones políticas», para no perjudicar a sus socios, según reconoció a este periódico. Curiosamente fue, como se suele decir, «una retirada a tiempo», pues se fue yendo a pique.
Trayectoria del doctor Joaquín Farnós
Joaquín Farnós nació en Castellón el 23 de marzo de 1935 y se formó y ejerció como médico especialista en Reumatología y Rehabilitación Funcional.
En 1966 fundó el Centro de Termalismo y fue en el 70 cuando, tras dejar este espacio pionero, creó el Thalasso Hotel Termas Marinas El Palasiet, muy cerca y también con impresionantes vistas de la costa. Hoy en día uno de los hoteles con más encanto de Benicàssim.
De esta forma, pudo compatibilizar su vida empresarial con la política. En 1977 fue senador constituyente de UCD y miembro de la Comisión Parlamentaria España- Europa. Fue invitado a la sede de la OTAN para negociar la posible entrada de España en la organización.
En el 79 pasó a ser presidente de la Diputación Provincial de Castellón, por el mismo partido. También fue diputado de las Cortes Valencianas en 1983 – 1987 (PP)– 1991 (UV); y nombrado conseller de Sanidad en el 96.
La Diputación de Castellón le concedió en el 2004 la Medalla de Oro de la provincia; y en el 2009 recibió el Premio Dr. Boldó del Colegio de Médicos de Castellón, entre muchos otros galardones.
Can anyone tell me if David Bowie was a guest here in 1983?