Eva Bellido // Benicàssim
Benicàssim estudia implantar una smart office en su camino de transición al turista digital. La concejala de Turismo, Nuevas Tecnologías y Territorio Inteligente, Cristina Fernández, visitó Benidorm con motivo de su asistencia al congreso Digital Tourist 2019, que se puso en marcha con éxito el pasado año.
Se trata de un centro de control donde monitorizar el comportamiento de los turistas, servicios de contratas municipales y otras empresas y asociaciones. Del mismo modo que los centros de control de tráfico, la smart office se encarga de supervisar las redes wifi, el movimiento de los visitantes dentro del municipio y gestión de los servicios.
«Básicamente supone un análisis de todo el big data obtenido por la smart city y depurar lo que se quiere utilizar por parte del municipio o en vista abierta para el uso de los residentes de la localidad», indicó Fernández.
Benidorm ha sido la ciudad pionera en España en la aplicación de smart city y destino turístico inteligente (DTI), ayudando a crear la norma UNE que deben seguir los municipios que quieran convertirse en ello.
«Para nosotros es muy importante conocer todo lo que se ha hecho en España en municipios punteros. Desde el 2015 que planteamos la primera medida, en Benicàssim se han perdido cuatro años. Ahora, cada vez que damos un paso, vemos que nuestra propuesta del 2015 estaba en la línea correcta de lo que hoy se está poniendo en marcha en muchas localidades. Y por eso, desde la Concejalía de Territorio Inteligente vamos a diseñar cómo va a ser el Benicàssim del futuro con la puesta en marcha del destino turístico inteligente», detalla.
«Por ejemplo, Benidorm es un ejemplo de gestión, ya que, por un lado, pusieron en funcionamiento el ente gestor DTI, como un departamento director para la puesta en marcha, contrataciones y la gestión del mismo, y ahora la smart office supone una oficina tecnológica para el seguimiento e interpretación de los datos», explicó. «Sin duda, son dos buenas iniciativas que pueden facilitar el camino a Benicàssim en su transición hacia el turista digital», concluyó Fernández.