URBANISMO
EVA BELLIDO // BENICÀSSIM
Las obras de restauración del exterior de Villa Ana ya han concluido y el histórico palacete ya luce este verano en el paseo Pilar Coloma de la playa l’Almadrava de Benicàssim, tras una actuación que lleva desarrollándose desde hace más de un año con una inversión de 120.000 euros.
“La esencia del edificio se ha respetado”, tal y como informaron desde el consistorio tras la visita que realizaron la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués, junto a los responsables de las concejalías de Urbanismo y Obras y Servicios, además de los técnicos municipales, la dirección facultativa y la constructora.
Así, el proyecto va alcanzando su recta final. La concejala de Urbanismo, Carolina San Miguel, ha anunciado que es una de las obras que se pretenden acometer el próximo año, por lo que el Ayuntamiento destinará “una inversión de 250.000 euros para adecuar su interior, dotarla de contenido y que pueda albergar la biblioteca del mar”.
Además, está previsto que el palacete centenario a primera línea de playa también funcione como un importante punto de información turística, potenciando el valor de las villas y su ruta, y donde se proyectarán videos en una sala acerca de Benicàssim.
El objetivo con esta próxima reforma es “además de adecentar el histórico edificio, prestar el servicio de biblioteca durante todo el año, y no sólo durante la temporada estival como se hace hasta la actualidad, para que la oferta cultural, de ocio y entretenimiento de Benicàssim se vea mejorada y ampliada”.
San Miguel también explicó que a partir de la próxima semana el inmueble ya será oficialmente se titularidad municipal, con lo que se podrá dotar ya de presupuesto para su siguiente actuación, que ya correrá a cargo del consistorio.
Y es que Villa Ana fue cedida al Ayuntamiento por parte de la empresa constructora propietaria también de Villa María a cambio de la cesión de unos terrenos a través de un convenio logrado por el anterior gobierno del tripartito, que también contemplaba la rehabilitación de las fachadas tanto de Villa Ana (que corría ya incluso peligro de derrumbamiento) como de Villa María –que todavía está pendiente–, y la renovación del paseo anexo, que ya se ha efectuado.