SOCIEDAD Educación
E. B. // BENICÀSSIM
Benicàssim está intentando solucionar todavía la problemática con el servicio de transporte escolar del instituto Violant de Casalduch. Y es que mientras el nuevo autobús contratado por el Ayuntamiento y los padres (al 50% cada uno), tras los recortes de Conselleria de dos líneas de autobús este año, “va hasta los topes, en el becado por la Conselleria sobran bastantes plazas que no se están cubriendo”, según explicó el presidente del Ampa, Jorge Doménech.
Una petición que ha sido trasladada al Ayuntamiento y al centro tanto por parte del Ampa como de partidos de la oposición que denuncian esta situación que están padeciendo los alumnos de la localidad. El portavoz del PSPV, Gustavo Ramón, alertó este martes que algunos alumnos “están viajando sentados en el suelo en este nuevo autobús porque no hay plazas suficientes para todos, lo que supone una falta grave de seguridad”. Al mismo tiempo que reclamó que se “ponga solución con la ampliación del servicio y que se aprovechen al máximo las plazas de los autobuses becados por Conselleria”.
Una reivindicación que comparten todas las partes, así como el Ampa y el consistorio y que se está intentando llevar a cabo, según indicó el Doménech. Por su parte, el concejal de Educación, Mauro Soliva, señaló, tras haberse puesto en contacto con la empresa responsable del autobús en cuestión, que le comunican que ha sido “un hecho puntual, puesto que el vehículo habitual estaba en reparación y se sustituyó por uno de menos plazas, que estaba autorizado para prestar el servicio de viajar a pie porque es una ampliación del de línea, no escolar”.
Asimismo, Soliva afirmó que en este autobús “hay 60 plazas y hay vendidas exactamente 60 tarjetas, por lo que no hay más viajeros de los permitidos”. Y reivindicó también que se cubran “todas las plazas de los dos autobuses de Conselleria”, alegando que el instituto “es quien tiene la responsabilidad de cubrir estas vacantes con los alumnos que se han quedado en las listas y que precisan el servicio”. “Y en el caso de que fuera necesario se reforzaría el servicio, aunque creemos que con una buena organización es suficiente”.
Ramón, por contra, criticó que el hecho de que estén viajando alumnos sentados en el suelo “no es hecho puntual, según nos trasladan, sino bastante constante, incluso tenemos el testimonio de algunos alumnos que han pagado por el servicio y que dicen que tienen que salir corriendo después de clase hacia el autobús para coger sitio porque sino les toca en el suelo”.