SOCIEDAD Fiestas
EVA BELLIDO // BENICÀSSIM
La fiesta de las paellas de Benicàssim ha logrado batir su récord absoluto con la asistencia de alrededor de 30.000 personas (frente a las más de 20.000 de ediciones anteriores) y la distribución este año de alrededor de 1.500 números, respecto a los cerca del millar que se repartieron los años pasados, según informaron desde el Ayuntamiento.
De hecho, los primeros 1.200 que se habían habilitado se agotaron en tan solo unas horas, teniéndose que abrir otras calles para poder ofrecer más sitios para cocinar las paellas hoy, dada la fuerte demanda.
La concejala de Fiestas, Carolina San Miguel, indicó que se han incorporado al recinto los viales Los Dolores y la calle de Correos, así como la avenida Barcelona hasta la rotonda nueva del Puente de Hierro, llegando a acabar los números disponibles de Los Dolores.
Con estas previsiones, y la tregua del mal tiempo durante el día, Benicàssim vivió este viernes su edición más multitudinaria de esta fiesta, declarada de interés turístico provincial. Fiebre por las Paellas. Nadie quiere quedarse sin sitio para disfrutar de este encuentro gastronómico en la calle tentando al frío de enero que cada año gana adeptos.
Desde el Ayuntamiento, “se encargaron alrededor de 1.300 sacos de arena”, según señaló San Miguel, ya que no siempre se suelen hacer tantas paellas como números repartidos puesto que algunos grupos grandes cogen varios para estar más amplios, según aclaró.
El consistorio amplió, además, los dispositivos sanitarios para esta jornada, así como duplicado el servicio de autobús entre las 12.00 y las 21.00 horas entre Benicàssim y Castellón, y también se habilitaron diversas bolsas de párking.
Los benicenses celebraban este año, junto a miles de visitantes, el 35 aniversario de la fiesta, que comenzó con un concurso que ganó el vecino José María Campos, fallecido recientemente y fiel apasionado a esta tradición.
Caras tan conocidas como la de muchos políticos de la provincia y de la Generalitat Valenciana se dieron cita ayer también en el encuentro, junto a la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués. Una cita en la que este año sorprendió la presencia del director del FIB, Melvin Benn, que no solo se quedó a comer paella, sino que, además, participó en algunas de las verbenas que se desarrollaron por todo el municipio.