Cuando comencé a trabajar como concejal en el área de Educación de nuestro municipio me quedé sorprendido por la gran labor que se había hecho en el tema de la gestión gratuita de los libros. Benicàssim era y digo era porque ya no lo es, un municipio donde nuestros jóvenes disponían de libros y material para su educación sin ningún coste.
La verdad es que lo primero que me vino a la cabeza fue la importancia de este servicio, por el carácter social que tiene. Pensar que cualquier niño, de cualquier familia, en las mejores o peores condiciones sociales y económicas, no tendría problemas para estudiar en igualdad de condiciones, me llenaba de orgullo. Benicàssim no solo era un pueblo con una bonita playa y una montaña digna de envidiar, era un pueblo donde la solidaridad entraba en todas las casas, a todas las familias y eso me enorgulleció.
Pensé en lo difícil que debió de ser poner en marcha el sistema; el gran trabajo que habían tenido que realizar padres, profesores y representantes sociales para que aquel gran banco de libros funcionara. En ese momento comencé a entender la necesidad de ciertas subvenciones que otorgaba el Ayuntamiento y que hasta entonces no había logrado comprender.
No es fácil que en una sociedad como en la que vivimos, en la que tristemente el dinero esta al frente, los vecinos acepten que de sus impuestos se paguen cierto tipo de cosas, pero aquí en Benicàssim sí existe ese sentimiento social y solidario. Éramos el ejemplo a seguir, éramos el municipio donde se facilitaba la educación de todos de la misma manera y de lo que nos responsabilizábamos todos.
Llegó el año 2015, llegaron los cambios, y con ellos el Xarxallibres que no dudo habrá sido provechosos para muchos pueblos de nuestra comunidad, pero no para Benicàssim y, como portavoz del Partido Popular debo de decirlo bien claro.
Desde la Conselleria de Educación, pilotada por Compromís, se puso en marcha y aquí se nos impuso, el ya famoso plan Xarxa Llibres, fui partícipe de las primeras reuniones, testigo de la incomprensión por parte de padres, docentes y técnicos, testigo de la falta de información y sobre todo y a día de hoy testigo de las prisas con las que se ha ido poniendo en marcha. Unas prisas que solo venían justificadas por motivos meramente políticos.
Quiero manifestar que desde el Ayuntamiento de Benicàssim hemos intentado en numerosas ocasiones hacer entender a la Conselleria que este cambio no era bueno para nuestro pueblo. Las asociaciones de padres han intentado también acercarse a la conselleria para tratar de explicarles la situación de Benicàssim y los problemas que este cambio podía generar a nuestro ya consolidado y exitoso sistema de banco de libros. Pero nada, desde Valencia, oídos sordos.
Desde el Partido Popular de Benicàssim no comprendíamos la necesidad de poner en marcha semejante cambio con un curso comenzado, donde las subvenciones ya estaban puestas en marcha, las Ampas ya habían preparado todo el sistema de gestión de los libros del curso y donde nuestro municipio lo tenía todo hecho.
A día de hoy solo un 8% de los padres han logrado cobrar la mitad de lo comprometido por el gobierno autonómico. A día de hoy no sabemos qué ocurrirá con la otra mitad, ni sabemos el estado de los libros que recibirán nuestros jóvenes el próximo curso y lo que es peor no sabemos ni quién se hará cargo de recogerlos, ni dónde se almacenarán, ni cómo los repartirán el próximo curso.
Compromís ha desmantelado un sistema que funcionaba bien y engranado para imponer otro del que nada se sabe de su eficiencia y funcionamiento. Además, como no se pueden duplicar las subvenciones por el mismo concepto, todo apunta a que la ley obligue a que el consistorio ya no pueda ayudar a los padres de los niños benicenses y estos, acaben perdiendo derechos.
Ésa ha sido la incompetente gestión de Compromís, en Benicàssim. Colas para apuntarse a una campaña que lo único que ha hecho ha sido perjudicar a los padres y madres de nuestro municipio y que administrativamente aún no está claro que sea legal, como han declarado ya los secretarios de todos los ayuntamiento de la Comunitat.
Si las cosas siguen así, le tendremos que decir al señor Marza y la señora Oltra aquella frase famosa de que los experimentos los hagan en su casa y con gaseosa.