EVA BELLIDO
Benicàssim ya acoge a los 46 migrantes procedentes de las Islas Canarias que han llegado a la provincia de Castellón con el plan de ayuda humanitaria del Gobierno de España para trasladar a distintos puntos de la península a las miles de personas que atracaron estas semanas en la costa canaria.
Los ciudadanos están alojados en el Hostal La Torre, un hotel emplazado en pleno casco urbano (calle Estatut) que recientemente fue adquirido por unos inversores suizos. La organización no gubernamental Accem es la que se está encargando de la atención del grupo. La mayoría son hombres jóvenes, de entre 17 y 40 años de edad, que abandonaron sus países en busca de un futuro mejor.
«Pedimos al Estado que nos ayude a regularizar nuestra situación, con los papeles para poder trabajar tranquilamente y tener una vida mejor que la que tenemos en Senegal. Todos somos padres de familia y tenemos que mantener a nuestros hijos. En mi caso tengo un niño y una niña de 12 y 13 años», según explicó A., de 41 años, uno de los ciudadanos protegidos por Accem.
Él llegó en un cayuco en el que viajaban 96 personas, según relató. Aunque la travesía puede ser peligrosa, «no pasé miedo porque conozco bien el mar y para conseguir algo hay que arriesgarse», indicó. «Soy pescador profesional desde hace 26 años y me gustaría poder seguir trabajando en el mar», expresó.
Ya hacen vida por Benicàssim
Hacen vida por Benicàssim desde su llegada el pasado lunes y este jueves estuvieron por la mañana visitando el mercadillo, de alimentación y ropa, que cada jueves se celebra con puestos ambulantes en la zona del bulevar. Cuentan con la ayuda de intérpretes de la oenegé para poder vencer las barreras idiomáticas, puesto que la mayoría de ellos no habla español, y aunque algunos se defienden con el francés, muchos otros solo dominan idiomas como el wólof, una lengua hablada en países como Senegal y Gambia.
«Aquí vivimos tranquilos, nos han acogido calurosamente y estamos contentos, se lo demostraremos en lo más profundo de nuestro corazón», declaró.
El bar de delante, de vinos y tapas, ha tomado la decisión de cerrar dos meses para prestar el servicio de cátering al hotel para alimentar a todos estos huéspedes, encargándose de servir las comidas y las cenas cada día, según explicó su propietaria, Ana Simón.
«Son todos súper educados y muy buenos, al revés de lo que algunos están diciendo, que son irresponsables y que siembran el pánico. Están incluso acobardados». «Me hace mucha ilusión ayudar a gente que lo necesita», declaró. Sin embargo, no todos los vecinos están conformes con su llegada irregular a España y así lo manifiestan en las redes sociales, abriendo el debate del tema de la inmigración y del modus operandi del Gobierno, al considerar que esta permisividad alimenta las mafias y es injusta para quienes esperan a poder cumplir con los requisitos legales necesarios para vivir en otro país o nunca pueden llegar a hacerlo.
El sector hotelero denuncia la falta de coordinación con la administración
Por otro lado, la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunitat Valenciana (HOSBEC) denunció este jueves, a través de un comunicado, que la acogida de refugiados en hoteles está generando una situación de descoordinación y desconcierto.
«Hosbec se ha puesto en todo momento a disposición del gobierno, demostrando una vez más que el sector es comprometido y atento a la respuesta de causas de emergencia». Pero la coordinación con la administración autonómica y local «ha sido inexistente» para «garantizar la convivencia en los destinos turísticos afectados, a pesar de haber intentado contactar con las organizaciones no gubernamentales».
Desde lel colectivo reclamaron que las políticas de acogida de refugiados «se lleven a cabo con una planificación previa entre las partes, con una coordinación entre sector público y privado en las ciudades y destinos turísticos para la mejor disposición de condiciones en al acogida y la previsión sobre acciones futuras».
«Nunca antes en ninguna de las crisis a las que nos hemos enfrentado, nos hemos sentido tan apartados y desinformados por parte del Gobierno Central», lamentaron.
«No obstante, desde HOSBEC seguiremos quedando a la total disposición de los organismos oficiales para poder seguir demostrando la importancia de la solidaridad y el compromiso del sector turístico de la Comunidad Valenciana», concluyeron.
Estimada Sra. Bellido:
Su artículo es una muestra de periodismo sesgado. Hablan de refugiados cuando los procedentes de Segenal (país seguro) no tienen derecho a asilo en Europa y conforme a la ley vigente deberían ser devueltos inmediatamente a su país de origen. ¿Se cree usted realmente el cuento de que todos tienen mujer e hijos a los que mantener desde la distancia y que por eso demandan regularizar papeles? ¿Cuánto dinero reciben de la ONG ACCEM los nuevos inversores suizos propietarios del hostal? ¿Y cuánto el restaurante de enfrente para ofrecer un servicio de cátering de comida y cena diarios a los inmigrantes? ¿Qué certeza se tiene de que los inmigrantes no suponen un peligro para le seguridad ciudadana? ¿Por qué no ha preguntado a vecinos del pueblo por su opinión? Más que un servicio periodístico al ciudadano parece un panfleto pro inmigración ilegal.
Estimado lector,
Acepto su opinión. Es cierto que este artículo está más centrado en contar por qué están estos migrantes aquí y su historia, al ser un tema de gran interés. Me trasladé al lugar y les entrevisté directamente, si son verdad o no sus respuestas, como comprenderá es algo que solo saben ellos, ni usted ni yo. Contacté con la ONG ACCEM para plantear unas consultas. También pregunté a la única vecina que estaba en la calle en ese momento, que casualmente era la dueña del restaurante. Es obvio que tanto el hotel como el restaurante han sido contratados para ofrecer este servicio. La noticia sí hace mención a otras opiniones más críticas sobre cómo se está actuando con este tema, en cuanto a la llegada ilegal de inmigrantes, y añade también la denuncia del sector hotelero sobre la falta de planificación y cómo puede afectar a destinos turísticos.