TURISMO
E. BELLIDO // BENICÀSSIM
El turismo francés vuelve a Benicàssim. Y lo hace encabezando el ránking de los visitantes extranjeros que recibe el municipio costero, con un 32,60%, casi un tercio del turismo internacional existente, según datos de la oficina de turismo. La ciudad está recuperando este perfil durante estos últimos años, en los que se ha ido incrementando su presencia. Lo notan también los alojamientos turísticos, así como las inmobiliarias locales, donde aseguran que la mayoría de los compradores extranjeros son franceses ahora, tal y como corroboraron desde algunas como Rogesmar, Coinbe y Costa Azahar a este periódico.
La procedencia suele oscilar entre un 80 u 85% nacional y un 15 o 20% internacional. Desde Coinbe indicaron que son “casi todo franceses, algún ruso está empezando a venir, pero muy poquito”.
Lo constata también Bruno Calcinelli desde Costa Azahar, que aunque está situada en Castellón casi todo lo que han vendido este año es en Benicàssim. “Empieza a haber compradores franceses. En los 70 u 80 les gustaba mucho a las familias francesas Benicàssim, pero cuando se puso tan caro dejaron de venir. Ahora que hay precios de alrededor de 100.000 euros están volviendo a comprar”, explica. “Son los niños que venían a nuestras playas a veranear”, dice. Quien añade que todos los años venden a público extranjero, “a países como Reino Unido, Bélgica, aparte de Francia, raro es el año que no se venda una vivienda en el extranjero”, afirma.
El boom del turismo francés Benicàssim lo vivió “a partir del 72-75 hasta los 80”, según recuerda también la alcaldesa, Susana Marqués. “Muchos franceses compraron apartamentos entonces y pisos en el pueblo, y muchos clientes eran franceses. Algunos incluso se quedaron a vivir en Benicàssim después de la jubilación. Pero luego los hijos, en algunos casos, los vendieron”, señala. “Y es que un apartamento en torno al año 83 no llegaba a los cinco millones de pesetas”, recuerda la primera edila. Las buenas conexiones por carretera y tren también pueden ayudar.
El francés es un tipo de turista muy tranquilo, que le encanta un destino más familiar y residencial como es Benicàssim. Les encanta venir, por las playas, la gastronomía… pero manteniendo sus costumbres, y evitan los lugares más masificados.
Benicàssim, además, está especialmente ligado a Francia desde hace muchos años, gracias al convenio de hermanamiento que hay con Evian les Bains, que crea una alianza entre familias francesas y benicenses cada año. Los descuentos para empadronados para los festivales incluso están disponibles para los pueblos hermanados como Evian. También se creó en Benicàssim la primera oficina consular francesa de Castellón en 2012, que les ayuda a tramitar gestiones.