Eva Bellido // Benicàssim
Día triste en Benicàssim y también en el gremio de los funcionarios en toda la provincia de Castellón. Y es que unos de los preparadores número 1, Maximiliano Calle, toda una eminencia en el sector, falleció a los 78 años, como consecuencia de una enfermedad, dejando a su querida familia, amigos, excompañeros y estudiantes sumidos en un profundo dolor.
Fue Secretario General del Ayuntamiento, el máximo cargo en un consistorio, durante 33 años, desde 1981 hasta el 2014, cuando se jubiló; y un año después recibió de manos de la alcaldesa, Susana Marqués, la llave de la ciudad, como ciudadano distinguido, por su labor y dedicación al municipio de Benicàssim. Ya entonces la munícipe ensalzó su labor de «asesoramiento de todos los alcaldes de la democracia en el municipio de Benicàssim, así como la colaboración con sus compañeros funcionarios».
Al acto, en junio del 2015, asistieron alrededor de un centenar de personas y resultó especialmente emotivo cuando cuatro concejales de la primera legislatura quisieron obsequiarle con unas palabras y anécdotas de sus comienzos.
Y es que su carácter siempre respetuoso, ecuánime, dialogante y conciliador le hizo ganarse el cariño de todos su compañeros, funcionarios y políticos, sin importar el partido al que pertenecieran. De hecho, estos días son muchos los que se acercan al Tanatorio Municipal a dar su último adiós, compartiendo tantas anécdotas en su recuerdo.
Recibió hasta tres homenajes
Su templanza y buen carácter apaciguaba las aguas hasta en las mañanas de trabajo más tensas. Y sus conocimientos y profesionalidad le hacían también merecedor del respeto que le tenían todos los trabajadores. Fruto de ello recibió hasta tres homenajes a lo largo de su trayectoria. El primero de ellos cuando cumplió 25 años en el Ayuntamiento, el segundo por su jubilación y el tercero con la entrega de la llave de la ciudad.
Y es que todos lo recuerdan como un 10 en lo profesional, con una gran capacidad de trabajo y extraordinario también en su faceta de profesor de opositores, habiendo formado a muchos de los secretarios, interventores y técnicos de hoy en la administración local.
Aunque no era originario de Benicàssim (procedía de Villaverde de Íscar, Segovia) y su familia la tenía toda fuera, entre Madrid, Valladolid y Barcelona, tejió una red de amigos, que le hacía sentir en casa, su colla de Benicàssim.
Humanamente era un 11, muy buena persona, nunca discutía con nadie y todo el mundo le quería»
Mamen Toro, amiga
«Humanamente era un 11», según destaca una de sus íntimas amigas, Mamen Toro, que ahora arropan a su mujer Lola, su hija Cristina (interventora en San Cugat del Vallés, Barcelona), y sus dos nietos, en tan tristes y duros momentos.
«Muy buena persona, nunca discutía con nadie ni una mala cara, siempre se podía contar con él, tenía una paciencia tremenda y todo el mundo le quería», expresa su buena amiga.
Inteligente, educado y gran lector, devoraba todos los libros de la Biblioteca Municipal, al igual que su mujer. Maxi, viaja ahora y descansa en paz.
Sus seres queridos le despiden este jueves hasta las 13.30 horas en el Tanatorio Municipal y, por la tarde, en el funeral que tendrá lugar en la iglesia de Santo Tomás, a las 17.00.