Eva Bellido // Benicàssim
Cerca de 400 vecinos de Benicàssim participaron en la Romería de Santa Águeda este domingo, demostrando una gran devoción a la patrona de la localidad.
Los participantes se congregaron primero frente a la iglesia de Santo Tomás, donde recibieron el tradicional pañuelo de la festividad por parte de las autoridades municipales.
La romería comenzó –tras la misa oficiada en la parroquia y el posterior volteo de campanas– encabezada por los dolçainers y la imagen de la virgen, portada por cuatro vecinos del municipio.
Después, les seguían las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa, Susana Marqués; y el concejal de Fiestas, Arturo Martí; y a continuación los vecinos.
Reparto de cocas y moscatel
Muy cerca de la salida se realizó la habitual parada en la calle Santa Águeda, con el obsequio de cocas y moscatel a todos los romeros para coger fuerzas.
Desde allí, y tras una breve parada poco después en el santuario de Sant Antoni, en las proximidades del cementerio municipal, continuó el recorrido –de cerca de tres kilómetros— hasta la capilla ubicada en la partida Jovellús, donde también se ofició una misa campera a mediodía en homenaje a la patrona.
Los romeros regresaron al casco urbano tras los actos religiosos y el posterior almuerzo popular.
Desde el consistorio se habilitó, como todos los años, un servicio de transporte adaptado para las personas con movilidad reducida.
Además, la Asociación de las Amas de Casa de Benicàssim celebró el sábado, 9 de febrero, la festividad de su patrona con una cena de hermandad entre las asociadas.
El concejal de fiestas, Arturo Martí, destacó que desde el ayuntamiento, «año tras año organizamos esta romería defendiendo la pervivencia de nuestras costumbres más arraigadas y con la voluntad de envolver un homenaje sentido, los actos en honor a la festividad de nuestra patrona».