Eva Bellido // Benicàssim
Las obras de urbanización del entorno del futuro tanatorio de Benicàssim han finalizado, a falta de resolver una conexión eléctrica pendiente.
Se trata de una actuación que es indispensable tener concluida para poder poner en marcha este servicio, tan reclamado por los benicenses, que por ahora tienen que trasladarse a la capital de la Plana.
El plan de desarrollo de este espacio ha incluido los trabajos de canalización de las tuberías de agua, alcantarillado y luz, que conectan de forma soterrada el centro de transformación con el casco urbano.
Las tareas se han desarrollado en la calle San Antonio y el paso subterráneo de la N-340.
También han acondicionado los alrededores del inmueble, situado junto al cementerio municipal, con la realización de aceras, el párking y jardines exteriores, y los tres patios interiores.
El concejal de Urbanismo, Carlos Díaz, explicó que ahora solamente queda pendiente «la conexión de la línea eléctrica con el centro de transformación, así como algunas tareas de pintura».
Licitación de la gestión del servicio
Desde el departamento técnico del Ayuntamiento irán trabajando a partir de ahora en la preparación de los pliegos para sacar a licitación la gestión del servicio, cara a la puesta en marcha del futuro tanatorio, que prevén que sea para «otoño o finales de año», según estimó el edil.
Una gestión que ya licitaron hace varios años, aunque el concurso quedó por aquel entonces desierto, debido a que las condiciones obligaban a la empresa adjudicataria a asumir los gastos de las obras de urbanización del entorno y toda la instalación eléctrica.
Una inversión que finalmente optó por sufragar el propio consistorio y que ha supuesto un coste de unos 270.000 euros.
Los vecinos de Benicàssim llevan ya muchos años esperando la puesta en funcionamiento del tanatorio, un servicio inexistente en el municipio.
Y aunque las obras de construcción del edificio, con el llamado plan Zapatero, terminaron en el 2012, varias cuestiones han alargado su puesta en marcha.
Aparte de los problemas derivados de que ninguna empresa quisiera asumir los trabajos, el consistorio también tuvo que conseguir la autorización del Ministerio de Fomento por la proximidad de la N-340.