Eva Bellido // Benicàssim
Ya hay sentencia. El juez da la razón a San Vicente de Paúl y ha dictaminado que la oenegé podrá seguir desarrollando su actividad para ayudar a los más necesitados en su local. En concreto, determina que la asociación tiene «derecho a permanecer en el inmueble» situado en la calle Oliveres de Benicàssim.
San Vicente de Paúl tiene un contrato de alquiler en este local a 10 años, que firmó con el antiguo propietario, y donde lleva ya dos años y medio. Está al corriente de todas las facturas. Pero al no pagar el dueño la hipoteca se ejecutó judicialmente, saliendo a subasta el inmueble, que se adjudicó a un banco, que pretendía desalojar a la oenegé, según lamentaron desde esta asociación benéfica. Ya que no les mostraron voluntad de seguir con el arrendamiento. El caso se abordó en un juicio.
Ahora, tras el auto, ambas partes deberán sentarse para acordar un contrato.