Indignación a la vez que satisfacción es lo que el pasado sábado pude sentir mientras me veía rodeado de 40 mil personas que gritaban en voz bien alta esa palabra que en el pasado los mismos que ahora nos la retiran repetían por nuestras calles, libertad, libertad, libertad de enseñanza.
Estábamos en Valencia, lejos de nuestro municipio y las caras de sorpresa aparecían cuando nos íbamos encontrando a quienes no suelen movilizarse, padres, compañeros de estudios, amigos, compañeros de trabajo, hombres y mujeres, vecinos de nuestro municipio que al igual que nosotros demandaban en voz bien alta ese derecho que desde la Conselleria de Educación el Señor Vicent Marzà nos quiere retirar.
Nunca creí que tendría que verme llevado a manifestarme por semejante situación. Después de tantos años de lucha, de reivindicaciones, de pelea para conseguir defender aquello que tantos deseábamos como era esa libertad de enseñanza, que tanta falta nos hacía, aquella defensa a ultranza de lo que creíamos era patrimonio indiscutible de los valencianos, nuestra lengua, nuestras costumbres, ahora desde el gobierno valenciano nos la intentan cercenar.
Como padre que soy me indigna ver cómo unos señores que se ven llevados a ostentar el gobierno de nuestra Comunidad en minoría, mejor dicho en tripartitos y tetrapartitos, intentan imponernos sus ideas a base de decretazos e imposiciones.
Señor Puig haga el favor de ponerse en su sitio, se supone que cuando se es presidente lo es de todos, no solo de sus votantes y correligionarios. Que triste es ver como por seguir sentándose en su asiento de President se ve llevado a aceptar todas las demandas que la señora Oltra y sus palmeros le exigen cada día. Sea valiente, sea valenciano, defienda aquello que nuestra historia puso en nuestras manos.
¿Cómo es posible que los militantes de compromís, catalanistas e independentistas consigan de usted, con sus cuatro dedos sobre su pecho todo aquello que les interesa?
Creo que llego el momento de decir basta, el pasado sábado junto a mas de 40 mil personas levante mi voz por las calles de Valencia, intentando luchar por aquello que desde el Partido Popular queremos defender: la educación de nuestros jóvenes, la libertad de enseñanza, algo fundamental en un país libre apoyado en su constitución.
Un SÍ bien grande por la libertad de educación, un SÍ bien grande por el derecho a la educación concertada, un SÍ bien grande para que los padres podamos dar a nuestros hijos la educación que creamos mas conveniente. No olvidemos que el dinero con que se paga sale de nuestros bolsillos, del bolsillo de los ciudadanos, de aquellos que trabajamos un día tras otro para lograr un futuro mejor y mas digno. Todos los padres y madres pagamos, sin distinción de credo o creencia, nuestros impuestos. Y, por tanto, queremos con esos impuestos que también se tenga en cuenta nuestras exigencias con todo el derecho a conseguir una mejor sanidad, una mejor educación y unos servicios sociales que den garantía a nuestra sociedad deseamos, con libertad y con pluralidad, sin sesgos. Puntos que creo el gobierno valenciano ha olvidado una vez tras otra, un año tras otro.
Me avergüenza ver cómo vuelven la cara a otro lado, como miran al infinito esgrimiendo esa sonrisa cargada de traición cuando se les manifiesta el desacuerdo con sus decisiones. Me indigna ver como están destruyendo nuestras costumbres, nuestras tradiciones, haciéndonos creer que aquello que viene del norte es lo que nos corresponde, que esa educación socializada que tanto les interesa a ustedes es la mas apropiada para el futuro de nuestros jóvenes y bien saben ustedes que no es así.
La Comunidad Valenciana y sus ciudadanos merece mucho mas respeto. Respeto a sus mayores, respeto a su pasado, a sus creencias, a sus tradiciones y sobre todo respeto a ese patrimonio que es propiedad de todos y que nadie debe de borrar de nuestra historia.
Señor Puig, Señora Oltra, Señor Marzà respeten aquello por lo que nuestros padres lucharon y que tanto costó ganar, algo con lo que algunos de ustedes ya nacieron y quizás por eso no lo llegan a valorar…un SÍ bien grande a la LIBERTAD DE ENSEÑANZA.