SOCIEDAD Juegos de azar
La suerte ha llegado a Benicàssim en el mejor momento y a quien más lo necesitaba. Y es que el premio gordo de la Lotería Nacional del Jueves cayó hace escasos días (jueves) en la localidad costera dejando entre los benicenses que habían probado suerte nada menos que la espectacular cifra histórica en el municipio de 2.400.000 euros. El número 47.313, que ha traído tanta alegría a la ciudad, fue distribuido entre los vecinos por la administración número 1 de la localidad, que vendió los 40 décimos existentes.
La propietaria, Merche Mesa, que, además, tan solo lleva un año al frente de la administración benicense, explicó que han sido alrededor de 36 los vecinos premiados y destacó que ha habido un agraciado con el premio especial a la fracción y a la serie, que se ha llevado 1.200.000 euros. El resto de afortunados han ganado 30.000 euros por número, y prácticamente todos tenían un décimo, a excepción de varias personas con dos.
Unos tantos miles de euros que en estos momentos de crisis vienen muy bien y que, según detalla Mesa, han caído en las mejores manos, ya que la gran mayoría de los agraciados “están atravesando dificultades económicas”. Una mujer con tres hijos en el paro, otra que se le acababa la ayuda de los 400 euros este mes, familias que tras asumir las matrículas de la universidad de sus hijos no sabían cómo iban a pagar este año la contribución y alguna pareja con capacidades reducidas son algunos de los casos que protagonizan la buena noticia, junto a otros vecinos que en los últimos años no estaban teniendo la suerte de cara y que parece que ahora la vida les sonríe más. De hecho, un señor con su mujer enferma se llevó el único número que quedaba a última hora.
En el caso de la familia de Julia Barrachina, que llevaban tres años jugando al 13, lo utilizarán para “tapar agujeritos y comprar un coche que sustituya al viejo”. Mesa explicó emocionada que no podría haberse estrenado de mejor forma, que “repartiendo tanto dinero entre los benicenses”, y que la gente ahora se está animando más a jugar. Y es que hacía poco más de una década que no caía un premio en Benicàssim (en el 2002: una primitiva de 36.388 euros, y en el 2001: 300.000 euros) y uno de tal magnitud es posible que nunca.