Eva Bellido // Benicàssim
Tristeza inmensa en Benicàssim por el repentino fallecimiento de Antonio Miguel Bacas, conocido popularmente como ‘Tonet’, marido de la alcaldesa y senadora, Susana Marqués.
La causa de su muerte, al parecer, ha sido un infarto, este viernes 2 de agosto, a los 62 años de edad.
La despedida de este conocido y querido vecino será este sábado, a las 17.00 horas, en la iglesia de Santo Tomás, con todos sus familiares, amigos y seres queridos.
Tonet, natural del Grao de Castelló, era muy querido y conocido en la localidad, donde llevaba viviendo prácticamente toda su vida y siendo una persona muy implicada con el deporte, las tradiciones y causas sociales.
Trabajaba para una de las empresas más grandes de Benicàssim y se le podía ver al pie del cañón en numerosos actos de las fiestas siempre ayudando y colaborando. También era un incondicional de los eventos festivos, como en la proclamación de las reinas.
Tampoco faltaba su presencia en momentos duros y peligrosos como en los incendios, donde no dudaba en coger la manguera y él mismo contribuir en apagar el fuego, como se le pudo ver en el incendio en la urbanización Torre Bellver, próximo a Benicàssim, que ocurrió el pasado año.
Muy buena persona, noble y transparente, «un trozo de pan», así le describen siempre quienes mejor le conocían. Además, era un hombre muy familiar, siempre al lado de su mujer, apoyándola en toda su trayectoria y con un saber estar siempre a la altura de las circunstancias, teniendo muy claro el plano que debía ocupar al lado de su esposa, una figura pública que lleva al frente de la ciudad de Benicàssim desde el 2011.
En sus últimos años de vida le dieron una felicidad inmensa sus dos nietos, de su hija Eva, a los que estaba 100% dedicado (al igual que su mujer), cuidándolos, recogiéndolos muchos días del colegio y llevándolos a jugar.
Con un ritmo de vida siempre de lo más saludable, también estaba muy comprometido con el deporte, especialmente con el Club de Taekwondo de Benicàssim, donde le tenían un gran cariño pequeños y mayores, e incluso había llegado a ser cinturón negro y arbitrar torneos y exhibiciones.
Los animales eran otra de sus grandes pasiones, siendo un gran aficionado a los palomos y la colombicultura. Sin duda, deja una gran huella en Benicàssim, donde se le echará de menos por sus calles, siempre ayudando, y en todos los actos.
Sus familiares, amigos y seres queridos le despedirán este sábado, en el funeral que tendrá lugar a las 17.00 horas, en la iglesia de Santo Tomás de Benicàssim.
Ahora, vuela alto con sus palomos.
D.E.P.