Grupo Municipal Socialista // Benicàssim
Dicen que el chovinismo es un invento francés a propósito de cómo nuestros vecinos del norte predican su “grandeur”. Pues oiga, ni comparación con lo que vende nuestra estimadísima Diputación Provincial cuando luce sus mejores galas en el último bastión popular provincial –Benicàssim-, ese que quiere convertirse en la aldea de Asterix, sin darse cuenta puede ser lo que Vercingetorix a César.
Con bombo, platillos, traca y pañolada salía al paseo marítimo en procesión política el equipo de gobierno y asaltaban las páginas de diarios con escritos, al dictado argumental de Doña Susana Marqués, acompañados de fotografías –retratos que dirían los clásicos— en las que los titulares anunciaban el pago y acabado de Villa Elisa. Lástima que eso no ha ocurrido todavía. Era para apagar los ecos de uno que sí, que sí que fue pago en mano.
Cosas veredes, o no, en los presupuestos municipales. Esas cosas son, entre otras, que para la famosa villa del paseo Pilar Coloma no hay ni un euro previsto desde nuestra corporación. Todo lo confían a los remanentes y su asignación siempre que haya Presupuestos Generales del Estado. Esto es, que Montoro tenga presupuestos.
No hay aún dinero, ni del Ayuntamiento, ni a “tocateja” del organismo que preside D. Javier Moliner. Lo único tangible que tenemos, las fotos de unos y el dinero que la Generalitat aportó. Ellos dicen: si hay remanentes, si viene el dinero, si… si… si… condicional, no aseverativo.
Más de lo mismo de lo de siempre. La afición de este equipo de gobierno a protagonizar fotos, titulares, y otras hojas grises de anónima factura a la “cantinela” de siempre, no tiene parangón en los anales del propagandismo político. Ni la prensa del Movimiento daba tanto juego a Don Francisco del Pardo; sálvenos la hipérbole.
Don Javier, el de la Plaza de las Aulas, se vuelca en salvar Benicàssim del descalabro político con todo su empeño económico, publicitario y estratégico, puesto al servicio de nuestra alcaldesa, que diseña presupuestos sin contar en las devoluciones de impuestos que apuntan como nubarrones negros. Parece pensar, doña Susana, “el que venga detrás, que arree”. Ya lo hizo así en 2007, y después culpó al maestro armero en 2011, con la rima fácil del “maldito tripartito”, que suena a aquello del gato James contra Pixie y Dixie. Ahora le viene la devolución de IBI indebidamente cobrado por el Benicàssim Golf y la de las plusvalías. O sea, se van a quedar con algo menos que los paños menores económicos, cosa que destapa las vergüenzas de su pésima gestión. La historia se repite y volvemos a 2005.
Pues de ese “no hacer nada” excepto fotos y medianías como pintar una fuente para que salga bonita en los papeles, vive nuestra triple alianza (PP-ARB-C’S). De concreciones: subscribirse al plan Edificant de la Generalitat para arreglar desperfectos graves en los colegios y en los institutos, redactar y poner en marcha el plan de movilidad local, gestionar el espacio del Cuadro de Santiago para el futuro, favorecer el acabado definitivo del CEAM, poner las bases de un empadronamiento efectivo para conseguir otro colegio, instituto o ambulatorio, y otras tantas cosas sumamente importantes, nada de nada. ¿En qué se van a invertir el millón cuatrocientos mil euros que depositó la Generalitat por Villa Elisa?
Estamos ante unos presupuestos que son más de lo mismo (dinero para publicidad –autobombo— incluido) que sonrojarían a cualquier gobierno interesado de verdad en mejorar cosas del municipio. Aquí todo lo volcaron en un puente de diseño faraónico, y de utilidad más que dudosa, cuando los demás clamábamos por la seguridad vial en determinados puntos negros.
Con los nuevos presupuestos, el desastre puede continuar si…, si Ciudadanos quiere.