Grupo Municipal Socialista // Benicàssim
Calificaba nuestra alcaldesa de Charlotada una moción presentada por este grupo municipal para pedir responsabilidades personales por la presunta negligencia cometida con Villa Elisa. Aunque no somos expertos en tauromaquia, el espectáculo cómico-taurino-musical al que se refería la primera edil se caracterizaba por una pseudofiesta encabezada por la actuación de una banda o charanga con vis cómica.
Era habitual en las plazas valencianas la actuación de la famosa Banda del Empastre. Pues le viene que ni al pelo el nombre de marras a lo que Proyecto Cultural de Castellón S.A. y Ayuntamiento de Benicàssim subscribieron en los gloriosos años en que, a la par, presentaban con trompeterío sórdido la llamada Ciudad de la Música, con Don Ávaro Pérez (el Bigotes) como jefe de ceremonias y Fontdemora/Camps/Fabra (el reo) de estrellas invitadas. En tiempos de florescencia gurteliana se firmaba el convenio para explotar el Palacete Municipal con Vicente Farnós de albacea del chollo.
Allí estaba la que era a la sazón Concejal de Hacienda (la dueña del descalabro económico que teníamos cifrado en 15 millones y medio de euros en 2007, más el 1,5 de Villa Elisa) como una chiquilla con zapatos nuevos presentando, dando brincos y brindando entre canapés por el futuro de Villa Elisa, echada (la villa) en brazos de ciertos intereses particulares, especialmente de la Sociedad Anónima que se garantizaba hacer y deshacer a su antojo durante una veintena y pico de años mínimo.
Los allí firmantes, el alcalde de ARB y el representante de la Sociedad Anónima, nos dejaron aquel regalo envenenado en el que Doña Susana Marqués se perfilaba como la representante de Benicàssim en el tinglado.
Como curiosidad diremos que aquel convenio obligaba al pago de las obras de Villa Elisa antes del 3 de agosto de 2007 por parte de Proyecto Cultural de Castellón; sí, leen bien, 2007. Y en eso llegó el maldito tripartito. Proyecto Cultural de Castellón S.A. no pudo/quiso pagar nada hasta el día de hoy. En 2008 se le requirió para que pagara la deuda y no contestó. En 2009 ídem, eadem, idem; en 2010 otro tanto. Al final le pusieron una pancarta en la puerta del edificio explicando que aquello estaba paralizado por el impago de la Generalitat Valenciana.
Llegaron de nuevo los populares en 2011, con Doña Susana Marqués a la cabeza de ARB-PP, y se nos anunció con toda la fanfarria (vean los periódicos de diciembre de 2012, 2013, 2014) que eso era cosa de cuatro días y que con el gobierno popular en Benicàssim, Valencia y Madrid la cosa estaba más que hecha. “Cuan largo me lo fía…” íbamos a atar los perros con longanizas. Y así estuvimos hasta hace cuatro días, cuando vino el señor Marzá y soltó el millón cuatrocientos mil euros que se debían, por consignación del Gobierno de la Generalitat Valenciana (el maldito bipartito).
Ahora dice la señora Marqués que aún se debe más (intereses de demora e indemnización al constructor) y por eso demanda la resolución del contrato y el pago de 118.590 euros. O sea, que nos mete en un pleito pagado por los ciudadanos de Benicàssim para que se nos desembolse dinero de todos los valencianos y así ella queda como la reina del mambo y la adalid de los paganos. Ciudadanos y ARB, como siempre, dando palmas.
La conclusión es muy sencilla: en diez años no movió ni un dedo, aplaudió la charanga montada en la que ella era la representante del municipio ante Proyecto Cultural y Generalitat. Esperó a que los populares tuvieran que marchar al este del Edén para llamar a Moliner al rescate. Habrá que ver cuántas veces envió requerimiento para el pago de la deuda entre 2011 y 2017, tiempo tuvo. Habrá que saber si en algún momento amenazó con los tribunales a “los suyos” en ese segmento cronológico.
Ahora corre por los periódicos a anunciar que demanda a la Generalitat, la que sí que ha pagado la deuda. Las fotografías con el Presidente de la Diputación responden a la necesidad de salvar el reducto que los populares tienen en la provincia, a la desesperada. Mientras, alguien tendrá que escribir la crónica de la enmienda desenmendada para que alguien quiera mantenerla como pendón en la batalla.
Permítanos la analogía, puesto que dan la nota discordante, es la Banda del Empastre capitaneada por uno de sus componentes más notables la que se pretende ahora miembro de una sinfónica ¿Cómo no se le ocurrió demandar a Camps o a Fabra? Pasen y vean, antes del Bombero Torero tendremos la actuación estelar de la Banda del Empastre. Ha actuado durante 10 años; o sea, tiene solera.