SUCESOS Paracaidismo
E. BELLIDO // BENICASSIM
Un turista suizo, de 41 años, que realizaba este miércoles paracaidismo en Benicàssim, se salvó la vida ‘in extremis’ al activar el paracaídas de emergencia y lograr aterrizar sobre el mar, en la playa Torre Sant Vicent. El primer dispositivo de seguridad le falló cuando iba a accionarlo y, como último recurso, tiró del de urgencia. Tuvo suerte, pues justo antes de impactar directamente contra el mar, el mecanismo se abrió y amortiguó su caída.
El hombre cayó al agua sobre las 19.30 horas y nadó un tramo hacia la playa, hasta que, exhausto, se detuvo. Entonces, fue socorrido por un joven, que se percató de su presencia en el mar y cogió una piragua, sin dudar ni un momento en adentrarse en el mar para auxiliarlo. Comprobó que el paracaidista estaba consciente y en buen estado y le dijo que se agarrara a la embarcación para mantenerse a flote.
Minutos después, compañeros paracaidistas cogieron una lancha motora y se dirigieron, rápidamente, hacia el deportista siniestrado, logrando montarlo a la embarcación y sacarlo del agua.
El turista suizo, ante la presencia de un gran despliegue médico y policial, dijo, como pudo y en inglés, que se encontraba bien y fue atendido de inmediato por los sanitarios. El hombre presentaba signos de hipotermia y mucho cansancio, pero ninguna lesión, aparentemente, según pudo saber este diario.
En el paseo marítimo se encontraban ya una Samu, que le realizó un primer reconocimiento, y un Soporte Vital Básico, que lo derivó al Hospital General de Castellón para observación, tal y como confirmó el CICU.
Todo ello se produjo ante la atenta mirada de viandantes, trabajadores y clientes de los bares cercanos, que siguieron, con gran curiosidad el auxilio en el que participaron la Policía Local, la Guardia Civil y el Consorcio Provincial de Bomberos.
Al parecer, no era la primera vez que el afectado saltaba en paracaidas, pues lo hacía solo y ello es indicativo de que era una persona experimentada. Fuentes cercanas explicaron que el afectado pertenece a un grupo de autocaravanistas de diversos países europeos que pernoctan en el propio Aeroclub y que están tomando clases de paracaidismo. De hecho, no fue el único en lanzarse, sino que iba acompañado en el aire de un grupo de 8 o 10 personas, que se tiraron en paracaídas justo al atardecer.