La comunidad parroquial de Benicàssim ha organizado una Fiesta de Verano solidaria, que se celebrará este viernes, 26 de julio, con el objetivo de recaudar fondos que contribuyan a ir completando la financiación de las obras que están actualmente en marcha para finalizar la construcción del templo San Juan Pablo II.
La plaza de Les Corts acogerá el evento, a partir de las 19.30 horas, que consistirá en una cena benéfica, a la que se deberá llevar un bocadillo para cenar y se podrán adquirir bebidas, comida salada y postres.
También habrá actividades infantiles para asegurar la diversión de los más pequeños y se podrá disfrutar del concierto del grupo Silver Fox, con música para todos los gustos.
Además, se sortearán premios como una televisión Haier de 50 pulgadas, un casco de Fórmula 1 del piloto benicense Roberto Merhi, un kit Wimbledon del tenista castellonense Roberto Bautista, así como camisetas firmadas del Villarreal CF y el CD Castellón.
Una inversión de 1,6 millones de euros
Las obras para finalizar la construcción del templo se reanudaron a principios de año después de llevar 23 años paradas y cuentan con un presupuesto total de 1,6 millones de euros.
El nuevo proyecto, que fue adaptado a los nuevos tiempos, quedó dividido en dos fases. En la actualidad está desarrollándose la primera de ellas, con una inversión que asciende a alrededor de 900.000 euros, de los cuales ya se ha completado el 70% de la financiación aproximadamente.
El obispado aportó cerca de medio millón, el resto se está recaudando con las diferentes acciones impulsadas desde la comunidad parroquial a través de la campaña Ladrillos de fe, en la que todas las personas pueden colaborar y realizar sus aportaciones.
Además, el Ayuntamiento de Benicàssim también contribuirá con una subvención de 80.000 euros, como ya anunció este periódico.
Esta primera fase ya está muy avanzada y consiste en el cerramiento del edificio, que estaba inacabado. La segunda actuación contará con un presupuesto de unos 700.000 euros y estará más centrada en el interior.
El párroco local, Luis Oliver, siempre ha defendido la necesidad de terminar este otro templo de la localidad, situado en la entrada sur del casco urbano, a raíz del crecimiento poblacional registrado en los últimos años y debido a que la única iglesia, la de Santo Tomás, se queda pequeña.