Héctor Lobo // Benicàssim Foto: preparatuescapada.com
A poco más de 30 kilómetros de Benicàssim, encaramada en una colina de roca rodeno, se encuentra la pintoresca población de Vilafamés, un remanso de paz y belleza dominando la zona del Pla de l’Arc.
Un refugio ante la invasión industrial de los alrededores y posiblemente el destino más próximo de interés, para una escapada al interior de la provincia.
Para su visita, quizás, lo más recomendable sea dejar el coche en la parte baja, junto a la plaza de la fuente de caños y desde allí comenzar a descubrir los secretos que encierra el pueblo en su parte alta. Preparémonos a perder el resuello en alguna cuesta pero el esfuerzo traerá gratas recompensas.
La primera será contemplar una inmensa roca de rodeno o arenisca roja (tono característico de la mayor parte del pueblo), salpicada de chumberas (¿os gustan los higos chumbos?), en aparente equilibrio, amenazando la integridad de las casas cercanas. Se trata de la roca grossa que con sus más 200 millones de años es el emblema del pueblo.
Luego convendría seguir por las tortuosas calles que suben hacia el castillo, entrar en la iglesia de la Asunción; vagar dejándose llevar por los continuos estímulos: la sucesión de pintorescos ejemplos de arquitectura rural, los bellos rincones repletos de plantas y flores en cualquier época del año, las vistas de los alrededores que brinda el final de un callejón…el pico de Penyagolosa como otero al fondo, dominando las tierras del interior.
En una de estas calles nos encontraremos un palacete de estilo gótico civil, la llamada Casa del Batlle, donde se encuentra el Museu d’Art Contemporani de Vilafamés Vicente Aguilera Cerni (http://macvac.vilafames.es/).
El museo cuenta con cuatro salas cuyo contenido abarca desde los años veinte hasta nuestros días y donde se exponen más de 600 obras de arte contemporáneo de cerca de 500 artistas, todas ellas procedentes de donaciones o depósitos temporales. Un buen contrapunto al ambiente rural del exterior.
En lo más alto de la colina se encuentra un pequeño castillo de origen árabe. La entrada es libre, pudiéndose visitar varias estancias, un pozo y la torre del homenaje. Un lugar ideal para presenciar un largo atardecer tras las montañas.
En el apartado gastronómico, el pueblo nos brinda varios lugares para tapear o comer de forma agradable (La Vinya, tapes i vins, sería un buen ejemplo), pero no me resisto a recomendar un restaurante en La Barona, una pedanía cercana. Se trata de Casa Julián (Tlf.964 32 01 65), una institución en la zona, donde las carnes a la brasa y el buen hacer y simpatía de los dueños lo convierten en un destino irresistible.
Para los que quieran alargar su estancia, es recomendable el hotel El Jardín Vertical (http://www.eljardinvertical.com/), ubicado en una antigua casa solariega, en el carrer Nou 15, donde se funde lo antiguo con lo más moderno.
Se ofrecen ocho amplias habitaciones con mucho encanto. Desde su coqueta terraza sobre la muralla medieval, se puede disfrutar de una copa de vino de la zona, mientras se contemplan unas buenas vistas de la comarca y sus campos de almendros, encinas y olivos milenarios.
Visitad Vilafamés, vale la pena.
¡Hasta pronto!
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