E. Bellido // Benicàssim
El puente construido sobre del barranco de Farja, que tiene la finalidad de conectar las playas de Benicàssim y zonas residenciales con el casco urbano, podría abrirse al tráfico a finales de julio.
El concejal de Urbanismo, Carlos Díaz, explicó que quedan dos semanas para que finalicen los trabajos. El edil indica que «la actuación se ha retrasado debido a una nueva exigencia de Acuamed, que requirió la colocación de una válvula de mariposa a la salida del puente». Por tanto, las últimas tareas consisten en «acabar de hormigonar el elemento de la válvula, que está ubicado aguas arriba, y en la reposición del carril bici para que se pueda seguir circulando», indicó.
Últimos pasos
También concluyeron las aceras, y la próxima semana se colocarán las farolas que faltan en el viaducto y en el tramo del final, apuntó el concejal. Con todo ello, ultimarán la ubicación de los elementos necesarios para su próxima puesta en marcha este mismo verano.
La fase final llegará a la semana siguiente, con las labores del asfaltado, por lo que todo conlleva a pensar que antes de agosto podría entrar en funcionamiento.
La nueva conexión enlazará la calle Boniche con la glorieta existente, entre los viales Evian-les-Bains, Miguel Peris y Albéniz. La actuación incluye la construcción de un vial, el cual contará con una longitud aproximada de 210 metros, para unir los dos márgenes de este barranco, así como las zonas urbanas situadas a ambos lados del trayecto.
El puente permitirá vincular el centro con el área residencial en la parte de la calle Romerets, junto con la costa. Esta infraestructura es una de las obras más importantes que se están ejecutando en la actualidad, y ha sufrido varios meses de retraso para cumplir con las exigencias marcadas desde Acuamed, como fueron unas exhaustivas pruebas de presión, para las que fabricaron unos tapones.