SOCIEDAD Medio Ambiente
R.D. // BENICÀSSIM
El Ayuntamiento de Benicàssim ha iniciado ya los trabajos de tratamiento y control de las plagas de procesionaria y el perforador del pino (tomicus destruens) con el objetivo de paliar la afección que estas plagas están teniendo sobre la masa forestal municipal. El concejal de Medio Ambiente, Clemente Martín, ha señalado que Benicàssim «se enfrenta, como el resto de municipios de la provincia, a dos plagas muy duras de controlar y, en concreto, con el caso del tomicus, muy destructivas sobre el arbolado. Por eso, hemos de actuar de manera conjunta, Ayuntamiento y vecinos para tratar de evitar que haya más pinos que se sigan afectando”.
En el caso de la procesionaria, esta oruga tiene un ciclo de vida muy controlado y fácil de prever. La procesionaria no afecta a la salud del pino, simplemente lo ocupa durante unos meses para su cría y después desciende para esconderse bajo tierra el resto del año. Y así hasta el año próximo. El principal peligro de esta oruga es su efecto alergénico, ya que genera reacciones alérgicas fuertes en las personas que las tocan o puede llegar a enfermar a los animales domésticos si tienen contacto con la procesionaria.
Como han explicado los técnicos ambientales municipales, este año, debido al calor que se ha vivido estos meses, la procesionaria ha adelantado su ciclo y los 15-20 días que suele utilizar para descender del árbol ya ha pasado. Con lo cual, solo se han podido tomar acciones de contingencia.
Para el próximo año se va a iniciar el tratamiento endógeno contra la procesionaria desde el mes de octubre, con lo cual, se evitará el descenso del insecto.
El concejal de Medio Ambiente ha indicado también que los propietarios «que en sus fincas tengan pinos deben acometer tratamientos también para evitar las afecciones de estas plagas porque el Ayuntamiento allí no puede actuar. En el caso de la procesionaria hay algunos tratamientos muy económicos y sencillos que son efectivos, como poner un cono de plástico al tronco del árbol, lo que evita el descenso de la oruga. Pero en el caso del tomicus, el tratamiento ha de ser más contundente si quieren salvar el pino.
«El Ayuntamiento pone a su disposición el asesoramiento necesario para indicarles cómo actuar si en sus terrenos hay árboles afectados, pero el tratamiento final en propiedad privada lo deben hacer ellos”.
TOMICUS DESTRUENS
Por otro lado, la nueva plaga del tomicus destruens, o perforador de los pintos, mucho más agresiva y letal para el arbolado, es la principal preocupación actualmente del Ayuntamiento. De hecho, ya se han iniciado los trabajos de poda de las ramas afectadas puesto que no se puede salvar una vez infectadas y además, han de quemarse para erradicar el insecto, como han explicado los técnicos ambientales.
Los trabajos de poda se van a complementar con la inyección de productos fitosanitarios mediante tratamientos de endoterapia vegetal que permiten impregnar todo el árbol de un producto nocivo para el insecto pero que no afecta a la salud del pino y ple permite “defenderse” ante la infección.