Eva Bellido // Benicàssim
Un bañista de 75 años murió ayer en la playa del Voramar de Benicàssim. El suceso ocurre justo una semana después de que un hombre de 74 falleciera en la costa de Orpesa, y, al parecer, por las mismas causas, ya que podría haber perdido la vida a causa de algún problema cardíaco mientras estaba en el mar.
La víctima es un veraneante de Madrid que, según relataron algunos testigos, «llevaba toda la vida pasando las vacaciones en Benicàssim, en un apartamento próximo» a la zona del Voramar.
El suceso ocurrió en torno a las 12.15 horas, cuando, según los testigos, vieron de repente al hombre «flotando boca abajo en el agua». La víctima se encontraba bañándose cerca de la orilla, cubriéndole el agua apenas «las rodillas o la cintura», según explicaron desde la empresa responsable del salvamento marítimo. Esto descarta, al parecer, que se trate de un caso de ahogamiento, ya que «tampoco pidió auxilio en ningún momento», según explicaron los bañistas, que barajaron que las causas podrían tener relación a algún problema repentino de salud, como un infarto, a falta de la autopsia, que finalmente determinará las causas de la muerte.
Ayer, la víctima se encontraba disfrutando de la playa una mañana más junto a su mujer, su hija y su nieta pequeña, según indicaron los testigos. Fueron los propios conocidos los que le sacaron del agua a la víctima y le pusieron en la orilla. Allí los socorristas, que llegaron rápidamente desde la Torre 10 del Voramar comenzaron la reanimación cardiopulmonar, seguidos de doctores fuera de servicio y del personal sanitario de las ambulancias que acudió después. Lamentablemente, tras casi 40 minutos de intentos, no se pudo hacer nada por salvar su vida y se certificó su muerte. Más tarde se produjo el levantamiento del cadáver por parte del juez. Hasta el lugar también acudieron efectivos de la Guardia Civil y la Policía Local.
Justo hace una semana también falleció otro bañista de 74 años de edad en circunstancias parecidas en la playa de Morro de Gos de Orpesa. Tampoco pudieron hacer nada por salvar su vida. Los primeros indicios apuntaban a un fallo cardíaco.