Eva Bellido // Benicàssim
Benicàssim trabaja en el reto de alcanzar los 20.000 empadronados y prepara campañas para lograrlo. Una de ellas consistirá en mediar con la población extranjera que pasa gran parte del año en la localidad costera para facilitarle los trámites necesarios para inscribirse en el censo.
Además, se publicitarán las ventajas de vivir en Benicàssim para animar a los vecinos con segundas residencias a empadronarse, según indicó la concejala de Turismo, Cristina Fernández.
Estar asentado en Benicàssim supone, si se tiene familia o se está a punto de crearla, disfrutar de privilegios -que muy pocas poblaciones ofrecen- como la gratuidad de las escuelas infantiles de 0 a 3 años (pudiendo ahorrar entre 300 y 400 euros al mes por hijo) y de los libros de texto de los centros públicos, gracias a un plan que fue pionero de reutilización de libros con el apoyo del Ayuntamiento.
También hay precios especiales para los festivales de música o los descuentos del 50% para los mayores en las actividades culturales y deportivas, entre otras.
Pero superar la cifra de los 20.000 habitantes registrados permitiría a la ciudad costera mejorar, si cabe, la red de servicios y oportunidades.
En este sentido, la alcaldesa, Susana Marqués, destaca que «este crecimiento oficial de la población repercutiría directamente en una mejora en la oferta pública en materias como la educación, sanidad o transporte», lo que podría derivar en la creación de segundo instituto u otro centro de salud, en la zona sur, donde cada vez residen más vecinos.
18.000 empadronados
Benicàssim cuenta actualmente con un censo de 18.000 habitantes pero, sin embargo hay una población flotante de aproximadamente 23.000 personas. Y a ello se suma el disparo de residentes en verano, con más de 100.000. «Pero los ingresos no son acordes a ese censo», apunta la concejala de Turismo, Cristina Fernández, quien añade que «aun así, se hace un gran esfuerzo para mantener unos servicios de calidad».
Por ello, desde el consistorio se trabaja en promover el empadronamiento. En este sentido, la edila ha iniciado ya conversaciones con los responsables de algunos cámpings , como es el caso del Bonterra Park, donde hay alojados cerca de un millar de europeos durante todo el año. «Nos comunican que alrededor de la mitad estarían interesados. Hemos hecho la consulta a los técnicos correspondientes en el Ayuntamiento y nos corroboran que es viable», cuenta.
Son principalmente jubilados, de países como Reino Unido, Holanda o Alemania, que cada vez están más más integrados en las costumbres y fiestas locales.
Fernández plantea habilitar una ventanilla única o designar a algún funcionario municipal específicamente formada para que se encargue de ayudar a estos extranjeros a realizar los trámites.
Vivir junto al mar, en una de las ciudades con el aire más limpio del mundo, cerca de Castellón y sin masificación, son otros de los alicientes. De hecho, durante la pandemia del coronavirus ha crecido el censo en 620 personas.