CULTURA Música
E. BELLIDO // BENICÀSSIM
Más “flexibilidad” en la celebración de actividades en los bares. El Ayuntamiento de Benicàssim ha reclamado oficialmente a la Generalitat, a través de una moción que fue aprobada por todos los grupos con la abstención de Compromís, unas consideraciones en su reglamento de espectáculos, actividades recreativas y establecimientos públicos, a raíz de la reivindicación de empresarios locales. Y es que se quejan desde hace unos meses de las limitaciones que padecen a la hora de realizar actuaciones a causa de la reciente modificación de esta norma, que dicta que solo se puede realizar una actividad al mes y seis al año.
Lo que provocó la interrupción de la mayor parte de la programación en plena temporada baja, privando de esta oferta cultural al público que en Benicàssim no tiene otras opciones, puesto que no hay, en la actualidad, ningún café teatro, que son los locales que sí gozan de mayor permisividad en la organización de estos eventos.
“No podemos pedirle a la Generalitat que derogue ninguna norma o ley, pero sí que tengan flexibilidad buscando un equilibrio entre el número de actividades extraordinarias que un local puede pedir si lo tiene insonorizado y las de alguien que quiera establecerse con una licencia de café teatro en Benicàssim, que lo podrá hacer todos los días si quiere”, explicó la alcaldesa, Susana Marqués, quien alegó a encontrar “una fórmula mixta”. “Nos interesa más en invierno, para fomentar que la gente salga con un monólogo, un concierto, un acústico… sin entrar en competencia desleal”, añadió.
La restricción afecta a varios locales de la localidad, pero especialmente a uno situado en el centro (El Corb), concretamente en la calle Bayer, que lleva abierto ya 15 años y es el que solía ofertar mayor programación cultural durante todo el año. Además fue el primero en “traer actividades a Benicàssim”, según recuerda su gerente, Jorge Socarrades. Quien manifestó sus “dificultades” para conseguir un tipo de licencia de café Teatro, “aparte de la inversión, estoy en la ZAS (Zona Acústicamente Saturada), señaló. Una solución sería la posibilidad de ‘blindar’ algunos locales por su trayectoria, tal y como están haciendo, por ejemplo, en Barcelona, planteó. Este local lleva ya más de 2.000 firmas recaudadas para poder recuperar sus actos.