E. Bellido // Benicàssim
Benicàssim y el Rototom Sunsplash eran objetivos potenciales de la célula yihadista que cometió los atentados del 17-A en el paseo de Las Ramblas de Barcelona y la localidad de Cambrils (Barcelona) el año pasado, según ha trascendido en los medios de comunicación.
La célula valoró volar por los aires el macrofestival de música reggae internacional, así como discotecas de la localidad, según se ha podido saber tras examinarse un teléfono móvil que fue hallado en los escombros del chalet de Alcanar, que se derrumbó a causa de una explosión accidental el 16 de agosto y donde había numerosas bombonas de butano y explosivos de fabricación casera.
Según el sumario de los atentados al que ha tenido acceso el periódico La Razón, es «el día 13 de agosto» –cuatro antes de los atentados, «cuando aparece por primera vez el nombre de la localidad castellonense».
«Rototom sunsplash festival 2017 Benicassim», «carpas Benicasim 19 de agosto 2017», «discoteca Benicássim», «todos los festivales 19 de agosto 2017 en la comunidad valenciana».
«Éstos fueron los contenidos que los asesinos rastrearon en Internet para obtener información de dónde, pero lo preocupante es el cuándo porque la fecha incluida en los criterios de búsqueda, 19 de agosto, es justo el día siguiente de la masacre de Barcelona», según ha publicado La Razón.
El Rototom levantó el interés de la célula yihadista al ser un evento multitudinario que reúne a alrededor de 250.000 asistentes durante su semana de celebración en la localidad turística. El que se realizara la búsqueda con una fecha exacta como es el 19 de agosto hace intuir que los terroristas barajaban acometer el atentado ese día en este destino por su alta repercusión, con la presencia de numerosos jóvenes de todo el mundo.
Además, apenas hay una distancia de 76 kilómetros entre Alcanar y Benicàssim, un recorrido no demasiado extenso como para poder trasladar los explosivos en alguna furgoneta.
Atentado en Las Ramblas
Según las conclusiones de la policía, la explosión accidental en el chalet de Alcanar obligó a los terroristas a cambiar de planes y optar precipitadamente por otro tipo de atentado como fue el atropello masivo en Las Ramblas el pasado 17 de agosto, en torno a las 17.00 horas, en el que se produjeron 15 muertos —entre ellos dos niños de tres y siete años— y 131 heridos, cinco de ellos en estado crítico. Uno de los heridos, una turista alemana de 51 años, falleció 10 días después por sus heridas, elevando la cifra a 16.
El conductor de la furgoneta, Younes Abouyaaqoub, logró escapar a pie cruzando el mercado de la Boquería pasando desapercibido y caminando por toda Barcelona hasta la Zona Universitaria; donde a las 18.20 apuñaló a un joven de 35 años que estaba estacionando su coche –murió desangrado–. El terrorista autor del atentado utilizó su vehículo para salir de Barcelona y huir.
Atentado en Cambrils
Horas después del ataque de Barcelona, en la noche del 17 al 18, a la 1.15 de la madrugada, se produjo otro atentado en Cambrils. Cinco presuntos terroristas fueron abatidos tras intentar saltarse un control policial de los Mozos de Escuadra y atropellar a seis personas, tres de ellas mozos. Una séptima persona fue herida en la cara por ataque de uno de los terroristas, que logró recorrer unos metros antes de ser también abatido. Una de las mujeres atropelladas en Cambrils murió horas después.
Detenciones
Hubo cuatro detenidos, tres en Ripoll, de nacionalidad marroquí, y otro en Alcanar, nacido en Melilla. Otro individuo herido la madrugada del jueves en la explosión de Alcanar también fue detenido.
El 19 de agosto se identificó al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, también de nacionalidad marroquí, como el agente radicalizador de los jóvenes terroristas y posible cabecilla de la célula.
El 21 de agosto se confirmó la muerte del imán en la explosión de Alcanar. Y ese mismo día fue abatido Younes Abouyaaqoub en Subirats, tras llevar 95 horas en búsqueda y captura.
El sospechoso fue abatido por una patrulla de seguridad ciudadana de Vilafranca que había acudido a los términos de Subirats y Sant Sadurní d’Anoia después de que una vecina y el propio jefe de la comisaría de Vilafranca creyeran haber visto al terrorista merodeando por la zona.
Al localizarlo, le pidieron que se identificara. Pero el asesino se abrió la camisa, mostrando lo que parecía un chaleco explosivo y gritando en árabe: «Alá es grande», por lo que fue abatido, según trascendió en los medios de comunicación.
Pena de Benicassím,que para fomentar como reclamación turística traiga semejantes festivales.A lo que llega el Ayuntamiento,se ve que no les da la cabeza para más,mucho mejor «poco y bueno que mucho y malo»,podría ser perfectamente el Sotogrande del Mediterráneo norte,ya que clase y glamour no le falta a el municipio,todo lo contrario que les falta a sus dirigentes políticos.óxmosis