SOCIEDAD Medio Ambiente
EVA BELLIDO // BENICÀSSIM
Los estudios y las medidas aplicadas contra el picudo rojo en Benicàssim dan sus frutos, pero, lamentablemente, esta plaga continúa atacando con fuerza a las palmeras de la población costera. Un ataque que, además, se endurece con el calor. Y que estos árboles del municipio todavía padecen mucho a causa de las altas temperaturas registradas aún en la zona a pesar de haber concluido hace ya casi dos meses el verano y estar inmersos en plena temporada otoñal.
El Ayuntamiento ha intensificado la campaña de prevención de este coleóptero aplicando en estas fechas las medidas sobre las 800 palmeras existentes en los jardines y parques públicos de la localidad y no sólo sobre algunas de ellas como se hace algunos meses, aunque los insecticidas se aplican durante todo el año, según explicó el concejal de Medio Ambiente, Clemente Martín, con el objetivo de “minimizar la playa lo máximo posible y ojalá lograr erradicarla en algún momento”.
Mientras, en ocasiones únicamente se tratan las canariensis –que son las más sensibles al ataque del picudo–, en épocas como ésta se aplica el tratamiento en todas, también en las datileras.
Los expertos utilizan productos insecticidas de bajo riesgo para la salud pública y el medio ambiente, según indicó el técnico de Medio Ambiente del consistorio, Jesús Albuixech, y que suelen tener “un periodo de seguridad de siete días”, por lo que se advierte a los vecinos a través de carteles informativos en los troncos de las palmeras con estas indicaciones con la finalidad de evitar la ingestión de los frutos.
Los expertos confían en que gracias a estos tratamientos periódicos y a las trampas empleadas finalmente se consiga erradicar por completo esta plaga que afecta a las palmeras del municipio desde finales del 2007 y que es muy voraz y persistente. La apuesta constante del consistorio por combatir el picudo ha propiciado frenar la plaga, siendo solo cinco las palmeras perdidas (de las públicas).
Las 12 trampas instaladas evitan la proliferación de cerca de 600.000 coleópteros en el último año y medio
Además, las 12 trampas instaladas han conseguido capturar durante el último año y medio 3.000 hembras y 1.600 machos. Teniendo en cuenta que cada hembra pone de media casi 250 huevos a una temperatura de 25º, se han evitado casi 600.000 huevos potenciales.
Las medidas deberían lograr, a largo plazo, que estos coleópteros que devoran las palmeras comiencen a trasladarse a otro lugar, “puesto que estos árboles ya están intoxicados y no interesan para seguir comiendo”.