La vuelta al cole hace medio siglo distaba mucho a la tan ajetreada que se vive en la actualidad y se vivía con “auténtica normalidad”, según explica el actual director del CEIP Santa Águeda, Josep Lluis Tárrega, quien acudió a la Escuela Nacional en Benicàssim entorno a la década de los 60.
Apenas se necesitaba para el primer día lápiz, goma y libreta. El antiguo colegio estaba ubicado donde se encuentra actualmente el Ayuntamiento –anteriormente se hallaba en la calle Bayer, donde Correos– y constaba únicamente de cuatro clases –dos de chicas y dos de chicos– divididas por sexo, que reunían a niños con edades desde los seis hasta los 14 años, según explica Tárrega, pues “no había cursos y se aglutinaban desde los 6 a los 9 en una clase y de 10 a 14 en otra, siendo grupos numerosos de 30 escolares divididos cada uno en tres secciones”.
El vaso de leche que se repartía durante el recreo y la ración de queso para la merienda, como una manera de nutrir al alumnado en una época tan dura y de escasez, eran algunas de las singularidades de aquellos tiempos de escuela en los que, además, no faltaba el tintero en la mesa para escribir con la pluma, las manchas, y las chicas con su tradicional babero, que en el caso de Benicassim era de color blanco.
Los más pequeños, que no tenían cabida en este antiguo centro escolar benicense, acudían con más anterioridad a un colegio de monjas hasta la edad escolar, que estaba situado en la plaza Constitución, en el solar donde más adelante se alzó el popular y mítico Hotel Benicassim.
Fue entonces cuando la estimada Doloretes, a quien se le guarda un gran cariño en la localidad y ha sido especialmente homenajeada en la actualidad poniendo su nombre a una de les Escoletes Infantiles municipales, comenzó a hacerse cargo de los niños menores de seis años en un salón.
Una vez en la escuela, la mayoría dejaban el colegio antes de los 14 para trabajar junto a la familia y ayudar en el campo, por lo que normalmente se adelantaban los exámenes finales para que los alumnos pudieran obtener el certificado de estudios primarios, tan fundamental para trabajar en cualquier empleo que no fuera agrícola, incluso para sacarse el carnet de conducir.