CULTURA Festivales de Música
EVA BELLIDO // BENICÀSSIM
Benicàssim también se sube al carro de la Diputación de Castellón y se adhiere a su nuevo sistema de repartir las ayudas económicas que otorga a los macrofestivales de música según su repercusión e impacto. Así lo explicó la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués, que declaró que la nueva fórmula planteada por la institución provincial “es el criterio más objetivo”. Por lo que el tanto dejas tanto te doy parece consolidarse para todos como la mejor forma de repartir el dinero público entre los eventos más importantes que se celebran en la localidad y en la provincia.
Marqués indicó que el Ayuntamiento de Benicàssim ha solicitado a la Diputación estar contemplado e incluido también en el estudio que ha encargado la institución provincial para determinar su impacto con el objetivo de “optimizar recursos”.
Por lo que una vez obtenido el balance, los técnicos municipales evaluarán los aspectos analizados para determinar con la mayor precisión y objetividad la cuantía económica que se dirigirá a los certámenes musicales cada año. La munícipe manifestó así su opinión de ser “la mejor medida para conceder las ayudas y nos da garantía jurídica, solvencia y seguridad, por lo que por supuesto estamos dispuestos a sumarnos al nuevo sistema de la Diputación”.
En concreto, el Ayuntamiento ha destinado, hasta la actualidad y de forma anual, unos 260.000 euros en ayudas económicas a los festivales (200.000 al FIB y 59.000 al Rototom), aunque el Festival Internacional de Benicàssim no pudo recibir este año su ayuda por encontrarse su empresa Maraworld en concurso de acreedores y en situación de impagos a sus proveedores, tal y como marca la ley.
PERSPECTIVA DE LOS PROMOTORES // El director del Rototom Sunsplash, Filippo Giunta, considera “muy positiva” la iniciativa planteada considerándolo un sistema “más honesto y muy transparente”, aunque está a la espera de conocer los parámetros por los que se regirán las instituciones para valorar la cuantía de la ayuda de cada festival. En su opinión, Giunta cree que el impacto de cada certamen sobre el turismo extranjero debería ser uno de los aspectos a tener más en cuenta, puesto que es vital “para ayudar a España, a la Comunitat y a la provincia a salir de la crisis”. Además, tiene un efecto de retorno, “ya que muchos de los asistentes que vienen al Rototom en familia después vuelven en otras ocasiones para disfrutar de sus playas y sus encantos”.
También mantiene la postura de que habrá que valorar la estancia media de cada asistente de cada uno de los eventos, “pues a más días normalmente más gasto e impacto en el entorno”, afirma el responsable de la macrocita reggae que arrastra a más de 200.000 asistentes de alrededor de 100 nacionalidades diferentes.
Giunta también sugirió la implantación del modelo de la UE para otorgar el dinero público, “a través de un sistema de objetivos con puntos y votos, con el que las empresas o entidades pueden saber en los puntos que han fallado y poder mejorar”.
Por su parte, desde el departamento de Comunicación del FIB, Ernesto González, manifestó a este diario recoger este nuevo sistema “bien, siempre y cuando tengamos claras las herramientas con las que se van a cuantificar las ayudas”. “Para que fuera justo habría que valorar también aspectos como la repercusión mediática fuera de España”. “Nosotros, por ejemplo, tenemos una repercusión internacional mucho mayor de la que pueda tener otro festival de la Comunitat Valenciana, y no hay empresas que lo cuantifiquen”.
También hay acuerdos con medios que no se suelen reflejar, incide, como la colaboración del FIB con R3 (medio oficial desde el 97), “que realiza un seguimiento anual y un despliegue único en España durante su celebración con retransmisiones de más de 35 horas en directo de los conciertos y que se suma a la Unión Europea de Retransmisiones”.
Por otro lado, “es importante conocer qué empresas que realizan balances de los festivales se van a emplear, puesto que cada certamen tiene la suya”, así como a tener muy en cuenta, además de la repercusión directa, la indirecta, derivada también de la repercusión impositiva.
Y es que un “21% del precio de las entradas se paga en el IVA y un 10% a la Sociedad de Autores de España”, recuerdan desde la organización del FIB. Por lo que también “se debería valorar el precio de los abonos de cada festival, no es lo mismo un certamen que cueste 40 euros la entrada que une que cuesta 160 o 200 como el nuestro”.