Adolf Piquer // Grupo Municipal Socialista
Estos días estamos de juicios mediáticos. En el que se sigue contra la trama Gürtel (‘correa’ en alemán) van apareciendo noticias porque los principales acusados entonan la Traviata de Don Vito con ánimo de ser oídos allende los juzgados. Los lares a los que puede llegar el rumor o marea negra de estos cantos quedan muy cerca de nuestra casa consistorial.
Era por el año 2007 cuando la flamante candidata del PP –Susana Marqués— se acercó por el Paseo Pilar Coloma. Allí, junto a Villa Elisa, fue a contemplar el despliegue de fotógrafos, cámaras del extinto y saqueado Canal 9, radios afines al régimen autonómico y toda una panoplia de asaltacanapés avezados a los “eventos” populares compuestos por Orange Market para presentar La Ciudad de la Música.
Lo que entonces no sabíamos es que Orange Market facturaba (presuntamente y según ha declarado el jefe de la empresa donante) al Grupo Gimeno para pagar actos del PP. Es decir, que la foto de Consellers, Fontdemoras, Camps, Carlos Fabra y compañía (abreviado cia.) estaba sufragada (presuntamente y según sus propias declaraciones) por el otrora jefe de Doña Susana, guía de nuestras aguas potables y mantenedor de la limpieza (¿?) de nuestras calles y jardines.
Esto, cómo no, son casualidades muy casuales de la chiripa más azarosa que se pueda esperar. ¿No pensarán ustedes que nuestra alcaldesa pueda estar metida en asuntos tan turbios? Nosotros no, por descontado. Tampoco pensamos que ella esté detrás del fiasco, malgasto y despilfarro del Hospital Provincial, del que era delegada política de la Diputación cuando se pagaban aquellos famosos 90.000 euros por un Belén, ni que cuando reía las gracias de Don Carlos, el excarcelado de Aranjuez, lo hacía sinceramente. Era disciplina de partido. Así consta en la hemeroteca de un periódico local, señalando a ciudadanos de a pie como si fueran delincuentes y tildando a los críticos con el HP de HH. de P.; pura elegancia estilística.
A propósito de “belenes”, los pastorcillos y los pastoreados de la adoración popular se acostumbraron durante años y años a acudir a esas juergas que, por lo que se oye en juzgados, se facturaban (presuntamente) a Batalla, PIAF, Gimeno y otros. También casualmente algunas de estas empresas estaban contratadas por el Ayuntamiento, otras tenían terrenitos por el Benicàssim Golf, por el que pronto nos tocará pagar una millonada a causa de la recalificación graciosa de ARB-PP. ¿Será Ciudadanos el que dará el sí quiero a tamaña procacidad?
El golf es otra gran fiesta de presentación de maqueta y páginas centrales de publirreportajes que no se sabe quién pagó y a la que acudió la clientela de costumbre, habilitada de palmas, palmito y boato. En fin, todo son casualidades dignas de poner en el planteamiento de una novela negra, de esas en que las tramas corruptas y la delincuencia tocan las más altas cotas del poder y se dan cita en fiestones por todo lo alto, vestidos de tiros largos, remojados de Don Perignon y aderezados de caviar. Rich Costa dixit: “En el PP la fiesta no se acaba nunca”.
Con una materia argumental tan buena, esperemos que en la próxima semana dedicada a la novela negra, la empresa que organiza los actos nos pueda deleitar con un argumento-reportaje (al estilo Truman Capote) sobre las conclusiones a las que se haya llegado en el juicio. Conocedor como será de primera mano el organizador de Benicàssim Negre, que también pasa a declarar por el asunto de la Gürtel, esperamos que esta primavera nos deleiten con las cosas claras, que nos enseñen el desenlace en que aparecen personajes locales tan singulares y tan “populares”.
Seguro que ahí querrá estar también nuestra alcaldesa, en primera fila. Con el complemento de Cristina Fernández colgada del brazo, como si de un bolso de Vuitton se tratara, en cada aparición pública de Marqués. No vaya a ser que la primera edil pierda protagonismo con esta sociedad mixta creada por PP-C’S.
De lo contrario igual se ven obligadas, las anónimas manos redactoras de la cantinela a que quiere acostumbrarnos, a recortar fotos y ampliar páginas dedicadas a la familia popular en ese panfleto local camuflado de periódico que nos cuesta más de treinta mil euros. Todos sabemos que, cuando pierde protagonismo o la razón (cosa habitual en plenos y reuniones internas del ayuntamiento), la señora Marqués –en eso sí— tiene muy poca “correa”.
En fin, como en Casablanca, siempre le quedará Benicàssim, donde inició con Ciudadanos un idilio político, fraguado en el Café de Rick, que le da mucho juego. ¿El principio de una larga amistad o el de Uno de los nuestros, a tenor del viaje a Fitur de alguna parentela a coste del Ayuntamiento?